Estados Unidos: ¿Qué oculta la actual historia de sus migrantes?

Editado por Martha Ríos
2019-07-12 16:36:18

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Imagen ilustrativa tomada de Archivo

Por Nicanor León Cotayo

Uno de los ángulos más tenebrosos de la migración hacia Estados Unidos acaba de ser abordado por The New York Times.

Lo hizo este jueves 11 de julio, bajo el título: “Trump y los mercaderes de la detención migrante”, escrito por Paul Krugman.

Su artículo empieza diciendo, al mencionar los abusos de Donald Trump, “que parecen ocurrir todas las semanas”.

En ese contexto cita el caso de quienes migran desde América Central hacia Estados Unidos, hecho que juzga como indignante.

Después iguala a los centros de detención donde los almacenan con campos de concentración.

Según The New York Times, ello acontece porque el gobierno de Trump “ve la crueldad como una estrategia para sus políticas”.

A continuación subraya, el trato despiadado a los refugiados “puede disuadir a futuros solicitantes de asilo y motivar a la base racista”.

Lo anterior ayuda a explicar mejor el estilo de Trump al manifestarse.

Luego añade, pero también se hace dinero, porque muchas personas migrantes detenidas se encuentran en instalaciones manejadas por corporaciones muy ligadas al Partido Republicano.

Estas hacen llegar “donaciones” y contribuciones de campaña para elecciones como la que ya da pasos.

Recordó que hace dos meses, John Kelly, el exjefe del gabinete de Trump, se sumó a Caliburn International, cerebro del centro de detención Homestead para niños y niñas migrantes.

Esto, afirma el Times, nos lleva al tema de las prisiones privadas y la privatización en general.

Eso último comenzó durante la década de los años 80.

A menudo se justifica utilizando la retórica del libre mercado y la superioridad de la empresa privada frente a la burocracia.

De hecho, puntualiza el análisis que insertó The New York Times:

“Los estudios sobre la privatización suelen encontrar que esta acaba costando más que tener a empleados públicos”.

Pero, estima el diario, si se contrata a una empresa para prestar servicios y el público no ve lo que está haciendo, el “capitalismo compinche” puede ocasionar un mal desempeño.

En resumen, un tablero sumamente intrincado que no deja de exhibir las tribulaciones de un sistema en gradual y fatal decadencia. (Tomado de Cubasí)

 



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