Amazonía: más allá del fuego

Editado por Lorena Viñas Rodríguez
2019-09-02 07:34:27

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Foto: Archivo.

Por: Guillermo Alvarado

Miles de imágenes recorren cada día el planeta sobre los voraces incendios que consumen la Amazonía, una de las principales reservas del mundo, donde la irresponsabilidad de nuestra especie está provocando una tragedia de grandes consecuencias en el corto, mediano y largo plazo.

Ya existe conciencia de que, en el origen de las llamas está una política medioambiental desacertada del gobierno de Brasil, encabezado por Jair Bolsonaro, que restringió medidas, recortó presupuestos y dio una inmunidad no declarada a terratenientes ávidos de más suelos para la ganadería o la siembra de soya, dos renglones de exportación.

Este es un tema político, que se puede corregir con nuevas políticas, o con un nuevo gobierno, asuntos en los que el pueblo de Brasil tendrá la palabra en las próximas citas con las urnas.

Pero más allá de las decisiones y las llamas, hay cosas que desgraciadamente no tienen remedio y entre ellas figura el altísimo costo que en estos días está pagando la fauna y la flora en una región donde habita una de cada diez especies existentes sobre la tierra.

La selva de la Amazonía es diferente a cualquiera otra en el mundo, y no está preparada para quemarse, como sí ocurre con otros bosques ubicados, por ejemplo, en Estados Unidos, Europa o Australia, donde la regeneración después del fuego es propicia para su desarrollo.

El Amazonas es una realidad diferente y allí nada está adaptado al fuego recordó el especialista William Magnusson, del Instituto Nacional de Investigación de la Amazonía, de Manaos, Brasil. Miles de mamíferos, reptiles, anfibios, peces y aves mueren cada día desde hace casi un mes quemados por las llamas, por el calor o el humo de los incendios.

Es imposible hacer un recuento pormenorizado de este daño pero es seguro que muchas especies endémicas van a desaparecer. Algunas variedades de monos, por ejemplo, sólo han sido vistos justamente en alguna de las zonas donde los incendios son más feroces y se corre el riesgo de que se pierdan por completo, denunció el especialista Carlos Durigan.

A mediano y largo plazo ocurrirán otras desgracias. Las llamas han destruido miles de kilómetros cuadrados de follaje, que impedía que la luz solar penetrara hasta el suelo y daba lugar a una vida intensa en un ambiente húmedo y oscuro que ya no existe más. La transformación de ese ecosistema modificará incluso la cadena alimenticia para beneficio exclusivo de las aves de rapiña y otros carroñeros.

Magnusson aseguró que si persisten las actuales políticas que impulsan la deforestación al costo que sea necesario, el límite de la selva será empujado cada vez más hacia el norte y se alterará para siempre el equilibrio medio ambiental de Sudamérica. Es un precio que pagará toda la humanidad porque a pesar de lo que diga Bolsonaro, la Amazonía no es de uno, dos o cinco países, ni de un continente, sino de toda nuestra especie.



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