Por: Roberto Morejón
El Acuerdo de Diálogo Político y Cooperación suscrito en 2016 entre la Unión Europea y sus estados miembros con Cuba añadió confianza y estabilidad a los nexos, como se constató en una reunión en La Habana.
La sesión del Segundo Consejo Conjunto entre Cuba y la Unión Europea reflejó el progreso de los vínculos y el afianzamiento del Acuerdo rubricado en 2016.
La cuarta visita a La Habana de Federica Mogherini, Alta Representante de la Unión Europea para los Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, con vistas a encabezar el Consejo Conjunto, se inscribe en el robustecimiento de las relaciones con Cuba.
Por este país estuvo al frente de la delegación el canciller Bruno Rodríguez, quien junto a su interlocutora evaluó de positivo el trabajo realizado desde 2016.
Para sustentar esa afirmación destaca la trayectoria de los nexos, pues con motivo del Acuerdo las partes celebraron cinco diálogos políticos acerca de derechos humanos, medidas coercitivas unilaterales y desarrollo sostenible.
Sin negar la existencia de enfoques diferentes sobre algunos temas, la mayor de las Antillas y el bloque comunitario priorizan las coincidencias.
Entre los aspectos con similitudes de ópticas resalta el rechazo al bloqueo de Estados Unidos contra Cuba y en especial al título III de la Ley Helms Burton.
Este último se proyecta en su carácter extraterritorial y consiguiente efecto negativo en las inversiones del Viejo Continente en la nación antillana.
En ese sentido la jefa de la diplomacia europea reafirmó que habló con los cubanos sobre comercio e inversiones, y rechazó con firmeza la aplicación del acápite III de la Helms Burton.
Otras de sus manifestaciones públicas llamativas fue la relacionada con la disposición de la Unión Europea de recurrir a las medidas apropiadas para proteger los intereses legítimos de los empresarios de ese bloque continental.
La permanencia de Federica Mogherini, quien calificó a Cuba de socio clave para la Unión Europea, permitió actualizar las estadísticas sobre los aportes a la nación caribeña.
Desde el reinicio de la cooperación para el desarrollo en 2008, la UE comprometió más de 200 millones de euros, destinados esencialmente a la agricultura sostenible y seguridad alimentaria, medio ambiente y cambio climático.
Un ejemplo de proyectos conjuntos lo encontramos en el remozamiento de una reliquia arquitectónica habanera.
Con fondos de la Unión Europea, el Convento de Santa Clara será sede de la formación de personal avezado en restauración de inmuebles patrimoniales, para beneficio de Cuba y el Caribe.
El buen camino de los intercambios entre Cuba y la Unión Europea constituye una señal positiva en un mundo tan inestable, donde fuerzas poderosas apuestan por sanciones y aislamientos.
