Por: María Josefina Arce.

En el 2019 Estados Unidos ha arreciado su política hostil contra Cuba, con la adopción de nuevas sanciones que recrudecen el ya largo e inhumano bloqueo económico, comercial y financiero que desde hace casi sesenta años mantiene contra el pueblo cubano.

Extensa es la lista de medidas adoptadas contra la Mayor de las Antillas a lo largo de estos doce meses que frenan su desarrollo económico y atentan contra la vida cotidiana de los cubanos y sus más elementales derechos humanos.

Estas acciones van desde la limitación de las remesas familiares, la prohibición a los cruceros de tocar tierra cubana hasta la activación del Título Tres de la Ley Helms Burton, que posibilita establecer demandas en cortes federales contra compañías extranjeras que negocien con propiedades nacionalizadas por la revolución cubana, con total apego a las normas internacionales.

En las últimas horas la administración del presidente norteamericano ha vuelto a atacar y adicionó a su unilateral lista de entidades sancionadas a seis buques que transportan petróleo de Venezuela al archipiélago cubano.

De las embarcaciones castigadas una es de bandera panameña y las cinco restantes de Venezuela, país contra el que Washington mantiene también una hostil política, en busca del derrocamiento del presidente constitucional Nicolás Maduro.

Esta nueva agresión, a la que seguirán otras similares, de acuerdo con las amenazas estadounidenses, tiene lugar una semana después de la sanción a la compañía cubana Corporación Panamericana S.A. por sus vínculos con Caracas.

La Oficina de Control de Activos Extranjeros del Departamento del Tesoro afirmó en esa ocasión que la medida contra esa empresa respondió a que “es propiedad o está bajo el control de Cubametales”, otra entidad de la mayor de las Antillas añadida en julio último al polémico listado.

Ya en septiembre pasado Cuba vivió una difícil situación por la falta de petróleo a causa de la intensificación del bloqueo, que llevó incluso a la persecución de buques que transportaban el combustible hacia nuestro país.

En su afán de asfixiar económicamente a la revolución cubana, la administración Trump ha tomado como pretexto el respaldo de Cuba a la Revolución Bolivariana de Venezuela en su empeño de mejorar las condiciones de vida de todos sus ciudadanos.

La ayuda del pueblo cubano al venezolano es en salud, educación, deporte y cultura, otras esferas. Es una modesta contribución a garantizar a los ciudadanos de ese país derechos humanos esenciales.

Cuba ha denunciado el reforzamiento del genocida bloqueo norteamericano y ha dejado claro que su solidaridad con la nación sudamericana no es negociable. Ningún país tiene el derecho de dictar a otro con quien mantener relaciones de amistad o cooperación, o de inmiscuirse en sus asuntos internos.