Por: Guillermo Alvarado
El régimen golpista de Bolivia, encabezado por la presidenta de facto Jeanine Àñez, demostró ante el mundo su talante malagradecido y su escasa memoria acerca de la ayuda desinteresada y solidaria que durante décadas Cuba le ofreció a ese pueblo andino.
La señora Àñez, además de obedecer fervorosamente las indicaciones que le llegan de Washington, incluida la ruptura unilateral de relaciones con Cuba, ignora detalles de los ricos nexos que unen a ambos pueblos.
Se equivoca groseramente si piensa que la colaboración médica cubana comenzó durante el gobierno del depuesto presidente Evo Morales.
Desconoce, u oculta, que desde los años 65 y 66 en Cuba se graduaron como médicos numerosos jóvenes bolivianos, que en su patria no tenían la menor oportunidad de realizar estudios de alto nivel.
Así lo confirmaron a este periodista los destacados investigadores y académicos cubanos Froilán González y Adys Cupull, quienes también narraron que en 1985, estando al frente del consulado de Cuba en Bolivia, fueron testigos de la donación a ese país de tres salas de terapia intensiva, un servicio del que carecían entonces los hospitales pediátricos de ese país.
Este gesto aparece, asimismo, en la declaración emitida por la cancillería de Cuba, que rechaza los pretextos esgrimidos por los golpistas para romper los vínculos diplomáticos bilaterales.
Floilán González relató como en esos años ante una grave crisis por la falta de presupuesto en el hospital psiquiátrico de Sucre, el Líder Histórico de la Revolución Cubana, Fidel Castro, decidió el envío de los fondos necesarios para comprar alimentos y ropa de abrigo a los enfermos.
Fue el Historiador de la Ciudad de La Habana, Eusebio Leal, quien viajó para entregar esos recursos a la congregación religiosa encargada de administrar el hospital, señaló González.
Nada de eso recuerdan los que hoy detentan por la fuerza el poder en Bolivia, que son responsables directos de las carencias que sufrirán millones de personas por la ausencia de las brigadas médicas cubanas.
Precisa la Cancillería cubana que desde 2006 hasta 2019 los especialistas de la nación caribeña ofrecieron allí más de 77 millones 330 mil consultas, se realizaron 1 millón 529 mil 301 intervenciones quirúrgicas, se asistieron 60 mil 640 partos, se aplicaron 22 mil 221 vacunas y se hicieron más de medio millón de cirugías oftalmológicas.
En el ínterin, se graduaron como médicos en Cuba 5 mil 184 jóvenes bolivianos de escasos recursos.
Este país no se envanece de la ayuda solidaria que presta al mundo, compartiendo sus recursos y conocimientos con los más necesitados, pero se impone recordarle a la gobernante de facto boliviana aquella frase de José Martí, cuyo natalicio celebraremos en pocas horas, que “Cuba no anda de pedigüeña por el mundo, anda de hermana.”
