Amargas Lecciones

Editado por Maite González Martínez
2020-04-09 07:43:15

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Foto/LaVanguardia.

Por: Guillermo Alvarado

Los españoles, igual que el resto del mundo, tendrán mucho que meditar cuando termine la pandemia de Covid-19, que ronda el millón y medio de infectados y causó ya la muerte de casi 85 mil personas, de ellas 14 mil 500 en la tierra de Federico García Lorca, Antonio Machado y León Felipe.

Deberán pensar, por ejemplo, sobre cuál fue la respuesta que recibieron de sus “aliados” durante los días más amargos y oscuros de la enfermedad, con sus hospitales repletos, médicos, enfermeras y técnicos agobiados y morgues y funerarias saturadas.

Digo esto porque llegó a mis ojos un artículo de Luis Gonzalo Segura, publicado en Rusia Today, donde cuenta cómo en el momento en que las cifras de infecciones y muertos marchaban cuesta arriba, al gobierno español se le ocurrió pedir auxilio a la belicista Organización del Tratado del Atlántico Norte, OTAN.

Demandaban, dice Segura, 150 mil batas desechables, 450 mil mascarillas, mil  termómetros, 50 mil pruebas de reacción en cadena de polimerasa, así como  protectores faciales, mascarillas quirúrgicas, guantes, pruebas rápidas, y 500 ventiladores mecánicos.

No era un pedido del otro mundo, pero así y todo la OTAN puso oídos de mercader y reenvió la nota a los 29 miembros, de los que sólo cuatro respondieron: Turquía, Luxemburgo, República Checa y Letonia.

De Estados Unidos no llegó ni un saludo, y eso que desde que Donald Trump ocupó la presidencia chantajea a sus socios europeos para que aumenten su contribución al 4 por ciento de su Producto Interno Bruto.

Desde que España comenzó a participar en misiones internacionales de la OTAN en 1990 se ha gastado unos 17 mil millones de euros, de ellos dos mil 500 millones en los dos últimos años. Además ha participado en operaciones de interés particular de Washington, como en Afganistán e Iraq.

¿Qué hubiera podido hacer Madrid con ese dinero en esta contingencia? El gobierno español descubrió con amargura que la solidaridad de la belicista organización es puro cuento. Está diseñada para destruir, matar y quemar dinero, no para salvar vidas.

Cuando pase la pandemia, ojalá mediten sobre la inutilidad de ese tipo de estructuras y para ayudar un poco les dejo estos versos de León Felipe, que vienen a la medida: “Y he visto que la cuna del hombre la mecen con cuentos/ que los gritos de angustia del hombre los ahogan con cuentos/ que el llanto del hombre lo taponan con cuentos/ que los huesos del hombre los entierran con cuentos/ y que el miedo del hombre.../ Ha inventado todos los cuentos.



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