Voluntad de encauzar ideas y rechazar el anexionismo

Editado por Maite González Martínez
2020-12-07 07:51:14

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Durante más de cinco horas, un grupo de jóvenes creadores y artistas se reunieron en el teatro Abelardo Estorino del Ministerio de Cultura de Cuba. Foto: Cubadebate

Por: Roberto Morejón

El diálogo de instituciones culturales de Cuba con jóvenes creadores que manifiestan inquietudes, se enmarca en una política nacional de escuchar a todos, con apego a la Constitución y soberanía del país.

En diversas plataformas se volcaron pasajes de una reciente reunión en el Ministerio de Cultura, en La Habana.

Frente a ese edificio se apostaron decenas de creadores jóvenes el pasado 27 de noviembre para ser escuchados.

El denominado Movimiento San Isidro protagonista de un show mediático en un sosegado barrio habanero, intentó contagiar los reclamos formulados frente al Ministerio de Cultura y atribuirse la voz de todos.

La institución cubana aceptó la propuesta de conversar, pero nunca con mercenarios que, como las piezas del amorfo grupo de San Isidro, dicen ser artistas cuando se distinguen más por sus vínculos con Estados Unidos.

No por casualidad, el conjunto que montó la farsa de la huelga de hambre hizo demandas inaceptables al Ministerio de Cultura.

La entidad las rechazó e instó a conversar a quienes tienen opiniones de diversos tonos y NO abandonan su deseo de construir una sociedad más justa.

Ni la propia fundación cultural negó que por las tensiones cotidianas algunos debates necesarios demoraron en convocarse.

Pero nadie se opuso al análisis de los planteamientos juveniles porque prevaleció un objetivo común, alcanzar el bienestar para el país.  

Para concretar ese propósito el arte es una vía, siempre que NO intenten trepar a ese tren quienes invocan el resentimiento, los subterfugios, contaminan políticamente y siembran divisiones, por instrucciones de una embajada extranjera.

Si bien este país sufre privaciones materiales a causa del recrudecimiento del bloqueo y las consecuencias de la pandemia por el nuevo coronavirus, la mayoría de la población rechaza a los profanadores de símbolos patrios.

No importa que reciban generosa propaganda en la maquinaria internacional de confusión y en sitios de Internet pagados por la extrema derecha en Miami.

A pesar de esa aureola, los que invocan una supuesta condición de artistas y comprometen su quehacer con los enemigos del proyecto social vigente se descalifican inmediatamente.

Como dijera el intelectual Abel Prieto en la conversación con los creadores jóvenes, “las cosas que nos separan debemos echarlas a un lado. Tiene que haber siempre una respuesta inteligente, y humana, y de rechazo al anexionismo”.



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