Imagen tomada de Cuba, Isla Mía
Por: Roberto Morejón
En un año duro para los cubanos por la agudización del bloqueo estadounidense y el impacto de la pandemia en la economía, quienes alientan la subversión desde Washington creyeron ver un espacio ideal para promover el desaliento en la nación caribeña.
Una ojeada a redes sociales y sitios de Internet permite descubrir sitios dedicados a dibujar una imagen de ruina y desconcierto en Cuba.
Las carencias materiales, las filas en mercados con productos escasos y la incertidumbre ante la COVID-19 , han sido suficientes ganchos para que quienes financian los sitios mediáticos conspiradores multipliquen su actividad.
No importa la verdad, solo mienten, tergiversan y denigran a defensores de la objetividad en Cuba o a quienes guardan silencio ante la oleada de ataques, porque quieren sumarlos.
Sería un error pensar que en los mencionados sitios virtuales resaltan “bizarros” trabajadores de la prensa “independiente” o activistas sociales genuinos.
Ellos dependen de la maquinaria bien engrasada que está detrás de los planes subversivos contra Cuba.
A la cabeza figuran la NED , Fundación Nacional para la Democracia , y la USAID , Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional.
Ambas recibieron parte de los 500 millones de dólares que Estados Unidos destinó a la subversión en Cuba en los pasados 20 años.
Consideradas fachadas para ejecutar planes de la CIA , Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos, las citadas entidades pagan para demonizar procesos progresistas.
La NED , con respaldo de fondos del Congreso estadounidenses, entregó altas cifras a grupos de la llamada sociedad civil en Cuba.
Esos colectivos de exigua membresía pretenden abierta o solapadamente desestabilizar o voltear el sistema socio-político en la mayor de las Antillas.
Lo mismo pretende el llamado periodismo independiente, una lista de medios contrarrevolucionarios que se mueven de la esfera informativa a la emocional.
Lo importante es desatar reacciones mientras más irracionales mejor, muchas veces a partir de noticias falsas.
Los informes errados pueden ser desmentidos a la postre, pero antes provocaron el efecto de zozobra deseado.
Lo que algunos expertos han denominado guerra comunicacional tiene como blancos predilectos a Venezuela, Nicaragua y Cuba.
No por casualidad son los países considerados “herejes” por Estados Unidos, al defender un rumbo político realmente independiente.