Cayo Coco, la cuarta isla cubana

Editado por Maria Calvo
2017-04-19 11:25:07

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por Magaly Zamora Morejón

Visitado esporádicamente durante 500 años sólo por  piratas, esclavistas, carboneros y pescadores, el conjunto  de cayos del norte de Ciego de Ávila, nombrado por Diego  Velázquez como Jardines del Rey, resulta hoy punto de referencia  obligado al hablar de bellezas naturales y turismo.

Su principal islote, Cayo Coco, de 370 kilómetros  cuadrados, es la cuarta isla en extensión del archipiélago  cubano, pero no por ello menos importante que la ínsula mayor.

Sus características paradisíacas están ahora al alcance de visitantes de todas las latitudes mediante un abarcador y  bien concebido programa de desarrollo, que  lo  ha convertido en uno de los más prometedores destinos turísticos  del  Caribe.

Playas vírgenes y límpidas, una de las barreras  coralinas más grandes del área caribeña y las dunas más  significativas del país se combinan con una rica y variada  flora y fauna superior a 180 especies de aves, la mayoría endémicas, y unos 340 tipos de plantas para hacerle vivir  al turista una experiencia inolvidable.

Desde la apertura del primer hotel de Cayo Coco en 1993,  el interés por visitar la región crece aceleradamente y  hace que el enclave figure entre los primeros de la nación,  junto a  La Habana, Varadero y Holguín por la recepción de  viajeros foráneos.

Ello ha motivado que paulatinamente se sumen otros cayos  cercanos a los planes de fomento  turístico, como Guillermo,  Paredón Grande, Media Luna y Antón Chico.

Un aeropuerto internacional en el mismo cayo, marinas y carreteras sobre el mar, que se  conectan con la red vial del país, permiten el acceso a este privilegiado rincón.

El polo avileño comenzó el año 2017 con 17 instalaciones,  de cuatro y cinco estrellas y más de ocho mil habitaciones  en explotación, en tanto  existe  la posibilidad de ampliarse hasta las 22  mil capacidades.

Por todos estos atributos Jardines del Rey ofrece un destino de playa y naturaleza  muy particular, diferente a otras regiones del Caribe, donde predominan ecosistemas bien conservados, fuerza de trabajo altamente  preparada y un confort a la altura de elevadas exigencias.

A ello se une, en los últimos tiempos, un creciente empleo de sus instalaciones para la realización de eventos culturales, deportivos y científicos de carácter internacional, los que valorizan el enclave y certifican su connotación en el mundo.


(ACN)



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