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¿Pueblos elegidos?

por Maria Calvo
Régimen sionista de Israel

Escrito por Guillermo Alvarado

A medida que transcurre el tiempo, crecen más los paralelos entre el régimen sionista de Israel y el sistema fascista impuesto por Adolfo Hitler en Alemania, ambos fundados bajo el falso concepto de que existen “pueblos elegidos”, sea por algún dios o por la naturaleza misma.

Uno de los elementos fundamentales de la ideología nazi fue el racismo, el cual está presente hoy día en las cada vez más frecuentes agrupaciones neonazis, y según el cual, por acción de la naturaleza misma, los humanos están divididos en clasificaciones biológicas.

Así establecieron que la raza aria ocupa el escalón superior, o sea que está por encima de todas las demás, que estaban condenadas a servirles o, en el caso de los judíos, eslavos y otros grupos étnicos, debían ser eliminados.

Esta forma de entender el mundo fue transmitida a generaciones de alemanes por medio del sistema de educación durante el gobierno de Hitler, según se puede leer en el trabajo “Breve historia y presentación sobre ideología nazi”, publicado por el Archivo Nacional de Chile.

Pretender que este pensamiento fue erradicado tras la II Guerra Mundial es un absurdo o, en el mejor de los casos, una ingenuidad.

Veamos la otra cara de la misma moneda. Cuando a finales del siglo XIX Theodor Herzl fundó el movimiento sionista, nótese que ocurrió mucho antes del fascismo alemán, tuvo la astucia de introducir en él dos elementos fundamentales para su expansión en el mundo.

El primero fue renovar la ilusión judía de contar con un Estado propio e independiente luego de siglos de diáspora y persecuciones. El lugar donde fundar ese Estado no importó al principio y se sabe que incluso se consideró la pampa argentina como objetivo, pero la influencia de los ortodoxos se impuso bajo el criterio de que “sin Jerusalén, no hay Israel”.

El segundo, más sutil y también más peligroso, fue introducir como principio fundacional el viejo concepto bíblico de que el judío es el pueblo elegido de dios, una idea que, en esencia, es tan racista como la de una raza superior.

Es muy simple: si hay un pueblo elegido de dios, todos los demás están subordinados, lo que también es un elemento de dominación y colonialismo.

De allí la enorme importancia del concepto enarbolado en la ONU por el presidente de Colombia, Gustavo Petro, de que, si acaso hay un pueblo elegido, esa es toda la humanidad y no solo un grupo determinado.

En la práctica, Israel funciona bajo conceptos racistas, tanto en su relación con la población palestina como entre ellos mismos, ¿o acaso alguna vez han visto varios sefardíes o mizrajíes, judíos de piel oscura, dirigiendo el gobierno o el parlamento de Israel, u ocupando cargos estratégicos?

 

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