El Alma Mater de la Universidad de La Habana

Editado por Maria Calvo
2021-08-05 10:05:41

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Alma Mater en la Universidad de La Habana

Feliciana Villalón y Wilson fue la joven cubana que sirvió de modelo al artista encargado de esculpir el Alma Mater, estatua que, con los brazos abiertos, nos mira desde lo alto de la escalinata de la Universidad de La Habana.

En 1919 un escultor checo, nacido en Osík, radicado en La Habana, de nombre Mario Joseph Korbel, se propuso realizar un Alma Mater que sería colocada en la colina universitaria. Esta simbolizaría a la diosa de la sabiduría en la mitología griega y romana, respectivamente.

Feliciana Villalón y Wilson, era una joven cubana de 16 años y rasgos criollísimos, hija del ingeniero José Ramón Villalón y Sánchez, coronel de la Guerra de Independencia, y María Wilson Miyares.

José Ramón Villalón y Sánchez, teniente coronel del Ejército Libertador e ingeniero, fue secretario de Obras Públicas durante el gobierno interventor norteamericano en 1899. Siguió vinculado a la política como representante por la provincia de Pinar del Río ante la Asamblea Constituyente de 1901.

Feliciana está sentada a la diestra de su madre,
 su progenitor es el señor parado de bigotes y barba.
Foto familiar, perteneciente a los archivos
de la Oficina del Historiador de la Ciudad

Durante el primer mandato del general Menocal fue llamado a ocupar nuevamente la Secretaría de Obras Públicas. Por su exitoso desempeño se ganó el respeto de sus partidarios. Alternaba sus funciones administrativas con las clases de Análisis Matemático que impartía en la Universidad.

Tuvo cinco hijos con la señora María Wilson: Gloria, José Ramón, Feliciana, Augusto y Carmen. Esta familia gozaba de cierto reconocimiento en la sociedad de la época, y las hembras tenían fama de bonitas, particularmente la menor, Carmen.

El tiempo apremiaba y Korbel necesitaba el rostro indicado para poder comenzar su obra. A sus oídos llegaron los comentarios sobre unas hermanas de apellido Villalón, renombradas en la sociedad habanera de la época por su impresionante belleza. No lo pensó dos veces y partió inmediatamente tras ellas.

De quién le hablan al escultor checo era de Carmen, la más bella de las tres hermanas. Cuando va a la casa a reunirse con ella, el padre de la jóven le presenta al resto de sus hijos. Es entonces cuando sucede lo inesperado: el escultor se deslumbra por Chana, como llamaban a Feliciana familiarmente, y abandona la propuesta inicial porque consideraba que tenía un rostro más maternal.

Korbel, escogió a Chana como modelo para el rostro, la cabeza y el cuello. Para el resto del cuerpo de la escultura posó otra criolla mestiza de más edad, que no ha sido posible identificar.

Tras concluir la fase inicial, el artista envió el prototipo a Nueva York para ser fundido en bronce por la compañía Roman Bronce Work. Es en 1920 cuando se emplazó por primera vez en terreno todavía rústico y en 1927 siete años después la escultura fue situada donde la vemos actualmente en el centro de la monumental escalinata universitaria.

Gigantesca estatua del Alma Mater

Cubierto de una amplia túnica, el cuerpo del Alma Mater habanera casi duplica el tamaño de la joven modelo, quien se prestó para tales menesteres por única vez.

La estatua descansa sobre un pedestal de piedra, escoltada por seis mujeres de estilo griego que simbolizan las diversas disciplinas académicas.

Después de concluida el Alma Mater, la bella señorita Feliciana Villalón Wilson viviría 65 años más, pero es casi seguro que nunca imaginó que esta singular pieza de bronce única en Cuba, alcanzaría la fama de que hoy goza. A Mario Korbel le sucedería lo mismo. (Recopilado de Varios Sitios)



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