Los cubanos enfrentan un agudo déficit de generación eléctrica, cuya señal más visible reside en los prolongados apagones, si bien el Ministerio de Energía y Minas adelanta un programa para atenuar la crisis, con pilares en las energías renovables.
Los cortes eléctricos, cuyo impacto se aprecia en sectores residenciales y la economía, tienen su causa en el déficit de combustible, obsolescencia de las termoeléctricas y la imposibilidad financiera de aplicar a estas últimas los mantenimientos requeridos.
En ese aspecto y en el de la insuficiente disponibilidad de combustible incide el recrudecido bloqueo de Estados Unidos, pues además de serle imposible a Cuba acceder a créditos, sufren persecución barcos que trasladan combustible hacia sus puertos.
La mayor de las Antillas consume ocho millones de toneladas de petróleo, de los cuales solo cubre tres con el nativo y el resto debe comprarlo en un mercado esquivo.
Expertos destacaron que las salidas de bloques de generación no tienen su raíz en la mala calidad de los mantenimientos parciales que han podido ejecutarse, sino en las décadas de explotación de las termoeléctricas.
No obstante, el Ministerio de Energía y Minas impulsa un programa para la renovación de la matriz energética, con la instalación de parques fotovoltaicos además de las inversiones para recuperar equipos de generación autónomos.
El objetivo es llegar a un futuro de energía sostenible, donde aumente la autonomía y se reduzcan y eliminen los apagones.
El Programa de Gobierno para la estabilización del Sistema Eléctrico Nacional cuenta con buena parte del respaldo financiero del que puede disponer el país en circunstancias de crónica escasez de divisas.
Esa cobertura financiera, por debajo de las necesidades, debe favorecer el rescate de la generación en las envejecidas termoeléctricas que consumen combustible nacional y gas, así como apelar a la energía eólica, biomasa, biogás y solar.
Esa última, a la que respalda China, progresó durante 2025, al punto de que ya se invierte en equipos de acumulación de energía, lo que ofrecerá más estabilidad y soberanía al sistema eléctrico.
Sin embargo, en los esfuerzos de los cubanos para reducir la dependencia total de los combustibles de importación se interpone la piratería de la administración de Donald Trump en el Caribe, por donde se traslada el energético a La Habana.
El canciller Bruno Rodríguez destacó que detrás de la escalada militar y las medidas para obstaculizar el comercio del petróleo venezolano aparece el objetivo de destruir a Cuba y derrocar al gobierno bolivariano.
