Armados, pero inseguros

Editado por Maite González Martínez
2020-04-28 08:15:44

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Imagen / Diario Octubre

Por: Guillermo Alvarado

Este lunes el Instituto Internacional de Estocolmo de Estudios para la Paz, CIPRI, divulgó su informe anual donde revela que en 2019 el gasto militar en todo el mundo fue de 1,9 billones de dólares, cifra récord por tercer año consecutivo.

A la cabeza de esta disparatada inversión se encuentra, como no podía ser de otra manera, Estados Unidos, que dispuso de 732 mil millones de dólares en la compra y modernización de sus artefactos para matar, incluido el arsenal atómico, así como mantener sus bases diseminadas por todo el globo.

Se trata de casi tres veces más que los 261 mil millones gastados por China el año pasado. En términos de Producto Interno Bruto, Washington desvió hacia sus fuerzas armadas el 3,4 por ciento, mientras Beijing lo hizo en 1,9.

Ahora bien, si al Pentágono se le suman los demás miembros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte, OTAN, resulta que sólo esta belicista entidad concentra el 54  por ciento del gasto militar del globo.

Llama poderosamente la atención cómo instigados por las potencias occidentales pequeños países ubicados cerca de la frontera con la Federación Rusa, como Bulgaria,  Rumanía, Macedonia del Norte, Letonia, Estonia y Lituania, destinaron cuantiosos recursos a obtener armas, aviones, buques y otros pertrechos, casualmente fabricados en Estados Unidos.

En el listado de los 20 países con mayor gasto militar sólo hay uno de América Latina y El Caribe, Brasil, lo que no deja de ser una sorpresa porque en el Gigante  Sudamericano bajaron los presupuestos para salud y educación.

No hay dinero para garantizar la vida y el futuro de los ciudadanos, pero sí para mantener contenta a la cúpula militar.

Todo esto nos impone una reflexión en estos tiempos, cuando en 183 países casi tres millones de seres humanos han sido infectados por la Covid-19 y 208 mil han muerto por esa causa.

Estados Unidos, España, Italia, Alemania, Reino Unido, Francia y Turquía encabezan el doloroso listado de enfermos y fallecidos y acumulan pérdidas que lastrarán durante años su economía y harán más pobres a los pobres.

Están, nadie lo duda, más y mejor armados, pero no más seguros. Sus aviones, navíos, tanques, misiles y bombas atómicas, que la mayoría de ellos poseen, resultaron incapaces de vencer a un microorganismo.

Me pregunto, y los invito a ustedes, amigos, a cuestionarse también, ¿si todo el dinero que se ha gastado en guerras inútiles se hubiese dedicado a la salud, la investigación, al desarrollo de medicamentos, a la vida, en fin, no estaríamos todos mucho mejor protegidos y más tranquilos?



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