El Mundo debe ver las otras pandemias

Editado por Maite González Martínez
2021-02-12 06:28:12

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El confinamiento en la India agrava la pobreza. Foto/ Rtve

Por: Roberto Morejón

Si bien la pandemia por el nuevo coronavirus marca la pauta en el mundo, diversos problemas persisten, entre ellos el del hambre, así como los contrastes entre los que muchos tienen y desperdician, mientras otros tratan de sortear graves privaciones.

Es evidente el florecimiento de las cadenas de mensajería dedicadas al traslado de comidas a clientes, ante la imposibilidad de acudir presencialmente a restaurantes y cafeterías.

Las entregas de alimentos y alcohol están en auge en muchos países, sobre todo anglosajones, como lo reafirma el gigante Uber, con el aumento de ingresos en 224 por ciento solo en el cuarto trimestre de 2020.

Mientras la mensajería de comestibles y licores asciende notablemente durante la pandemia en un grupo de naciones, la crisis económica generada por el golpe de la Covid-19 lleva a la desesperación a millones de desposeídos.

Las huellas de la enfermedad en países industrializados no

 son iguales a los del Sur empobrecido, con sitios sin acceso al agua, viviendas frágiles y servicios públicos de salud inexistentes o maltrechos.

Es cierto que la pandemia contagia por igual a todos los individuos, pero los más beneficiados monetariamente pueden adoptar precauciones y sortear carencias que para otros son quiméricas.

Así es porque el planeta sigue dividido entre el Norte opulento y el Sur endeble, con una desigualdad que ha llevado a que el número de personas pobres supere los 1300 millones y con hambre rebase los 800 millones.

La inanición es la causante de 45 por ciento de las muertes entre los menores de 5 años en todo el mundo.

La FAO , Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura , calcula que 47 millones de niños y niñas de menos de cinco años sufren de adelgazamiento patológico, 14,3 millones de los cuales derivan en casos muy graves.

Con esas estadísticas y los impactos múltiples y masivos de la pandemia provocada por el SARS-Cov-2, se hacen más urgentes las acciones para erradicar el hambre y la desnutrición.

El nuevo coronavirus merece toda la atención, pero sin escatimar miradas hacia otros flagelos asociados a la pobreza, hoy agravados, hasta amenazar la vida de cientos de millones de personas.

Contra esos peligros la Humanidad carece de inmunización y sin embargo ya existen posibilidades de crearla contra el azote de la COVID-19.



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