Repulsa mundial

Editado por Lorena Viñas Rodríguez
2021-05-17 08:44:46

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Aviones sionistas siguen bombardeando la Franja de Gaza. Foto: Archivo/RHC.

Por: Guillermo Alvarado

Capitales y ciudades de numerosos países del mundo, como París, Berlín, Leipzig, Madrid, Montreal, Ottawa, Bagdad, México y otras, fueron testigos la víspera de nutridas manifestaciones para denunciar los bombardeos que Israel está ejecutando contra la población palestina de la Franja de Gaza.

En la medida en que la agresión sionista sube de tono, también lo hacen las protestas y muchos países árabes que iniciaron acercamientos diplomáticos con Tel Aviv están ahora presionados para revisar estas medidas.

Incluso en Estados Unidos hubo marchas en Filadelfia, Washington, Boston y Nueva York para exigir la intervención del gobierno de Joe Biden y lograr que cesen los bombardeos o evitar que se inicie un ataque por tierra contra Gaza.

En esa estrecha lengua de tierra viven hacinados casi dos millones de palestinos, en condiciones más propias de un campo de concentración y son víctimas de un exterminio premeditado y organizado de una manera perversa.

Múltiples bombardeos ocurridos en 2006, 2007 y 2012 causaron cientos de fallecidos y la destrucción de miles de viviendas e infraestructura.

A ello se suman las operaciones “Plomo Fundido”, en 2008, y “Margen Protector”, en 2014, que dejaron entre las dos unos 3 mil 500 muertos, la mayoría civiles y una cuarta parte de ellos niños.

No se trata, como dice la propaganda israelí, de una guerra contra el movimiento Hamas, sino de una limpieza étnica.

Es absurdo llamar a “las dos partes” a desescalar el conflicto, si una de ellas tiene como máxima tecnología cohetes artesanales de corto vuelo y escaso poder y la otra dispone de un ejército moderno y bien equipado, con aviones F-16 y F-22, drones, bombas de fragmentación y de fósforo.

Sólo ayer domingo durante los más intensos bombardeos contra Gaza fallecieron 40 civiles, incluidas varias mujeres y menores. Antes se destruyó un edificio donde tenían su sede la cadena catarí Al Jazeera y la agencia estadounidense Prensa Asociada, AP.

El presidente y director ejecutivo del medio norteamericano, Gary Pruitt, dijo estar conmocionado y horrorizado por este ataque que, obviamente, tenía como propósito silenciar lo que está ocurriendo en ese lugar.

Quizás sea un momento apropiado para recordar que existe un movimiento internacional para boicotear al Estado sionista como una forma de hacer presión, no sólo desde el punto de vista económico y comercial, sino que también académico, cultural y deportivo.

El sionismo es una forma de apartheid y así como el mundo hizo a un lado al régimen racista sudafricano, debería hacerlo ahora de este gendarme del Oriente Medio que comete sus fechorías creyéndose impune.



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