Por: Roberto Morejón

 Después de dejar a su país en una crisis económica y sanitaria por la pésima gestión de la pandemia, el ahora expresidente ecuatoriano Lenín Moreno seguro pensó disfrutar con tranquilidad de su retiro, pero serias imputaciones lo envuelven.

 El inicio de investigaciones en esferas legislativas de Bolivia y Ecuador señala a Moreno por un presunto envío de municiones y material antidisturbios al gobierno de facto de la señora Jeanine Áñez.

 La autoproclamada presidenta de Bolivia después del golpe contra Evo Morales a fines de 2019, comenzó a ser cortejada por gobernantes reaccionarios.

 En esa coyuntura habría arribado a Bolivia el auxilio letal de Lenin Moreno, según los indicios.  

 Recuérdese que la dictadura de Áñez reprimió con saña las protestas de los bolivianos por el golpe perpetrado contra el presidente elegido democráticamente, Evo Morales.

 Si se comprobaran las denuncias ahora en manos de fiscalías en Ecuador y Bolivia, el exprimer mandatario se vería en un aprieto.

 Aquella operación de acarreo de material antidisturbios se realizó en total hermetismo, como para que nadie supiera del acopio de instrumentos para causar lesiones a un pueblo airado.

 Más allá de que debe esperarse por el rumbo de las pesquisas, sí es oportuno evocar los pronunciamientos del ahora involucrado ex gobernante en relación con Bolivia y otras situaciones.

 En entrevista al diario español El País en diciembre de 2019, el entonces Jefe de Estado ecuatoriano opinó que si hubo golpe de estado en Bolivia, lo propició Evo Morales al ejecutar lo que llamó “fraude” electoral.

 Para que No existieran dudas sobre el sentir de Moreno, baste remarcar la defensa a ultranza de la ilegítima Jeanine Áñez, hoy detenida en La Paz , bajo investigaciones.

 En otro arranque contra partidos y figuras de tendencia progresista, un mes antes de dejar el poder Lenin Moreno se refirió a la situación en el Perú.

 En declaraciones al diario argentino La Nación , el aludido dijo sentirse “preocupado” por el destino del Perú, donde contendió por la presidencia el humilde profesor rural Pedro Castillo, de ideas coligadas con la justicia social.

 Moreno, quien ha sido tildado de traidor por muchos ecuatorianos después de su estridente irrupción hacia las posiciones más retrógradas, NO ha escatimado detalles a la prensa sobre cómo piensa.