Minrex

Por: Roberto Morejón

La mayoría de cubanos que respalda a la Revolución sale a las calles a respaldarla ante manifestaciones provocadoras de grupos de manipuladores de la realidad nacional.

Tan pronto como el presidente de la República , Miguel Díaz-Canel, se dirigiera a la población por cadena de radio y televisión para informar sobre acciones alborotadoras en algunas localidades, gran parte de la población comenzó a rechazar tales intentos desestabilizadores.

Muchos sintieron un incentivo adicional al conocer que el propio Jefe de Estado acudió a la pequeña ciudad de San Antonio de los Baños, en la occidental provincia de Artemisa, donde fue a enfrentar el problema.

El Primer Mandatario caminó las calles de la habitualmente tranquila urbe, conversó con los residentes y rechazó las pretensiones de quienes aprovechan la delicada situación sanitaria por la Covid-19 para fomentar la zozobra interna.

Desde el occidente, pasando por el centro y hasta el oriente del archipiélago, muchos cubanos subrayan las expresiones del Presidente de que no se va a entregar la soberanía.

Cuba fue escenario este domingo de  manifestaciones en algunas localidades en las que participaron personas financiadas desde el exterior para cumplir planes subversivos, sin excluir actos vandálicos.

También se sumaron ciudadanos que pudieran estar confundidos y hasta intranquilos ante indudables privaciones materiales y dificultades en servicios en la sociedad.

Pero lo que no dicen los ruidosos es que la mayoría de las carencias se derivan del obstinado y recrudecido bloqueo estadounidense, hoy intacto a pesar del cambio de administración en Washington.

Incluso los promotores de las manifestaciones de este domingo estaban desafiando las restricciones inevitables ante el aumento de casos de Covid-19 en la mayor de las Antillas.

Cuando se supone que la mayoría de los habitantes de este país deben permanecer resguardados y observar distanciamiento ante la preocupante escalada de casos de la enfermedad, algunos manipulan la realidad en busca de enfrentamientos.

Los cubanos hoy acopian recursos para ayudar a las provincias más castigadas por la pandemia, en un país donde escasean alimentos y fármacos a causa del bloqueo y el impacto de la Covid en la economía.

A pesar de que ese debería ser el propósito de todos, ciertos grupos se hacen eco de feroces campañas en las redes sociales que presentan a Cuba como un escenario caótico, susceptible ---dicen—de ser objeto de una intervención o corredor humanitarios.

El gobierno cubano rechazó tal posibilidad porque no hay una guerra aquí y una injerencia de ese tipo allanaría el camino hacia la penetración extranjera, como ha ocurrido en otras latitudes.

Pero las autoridades no rechazaron ----como afirma la prensa hegemónica--- los donativos y otras expresiones de socorro si son enviados por canales oficiales, como las embajadas y cuentas bancarias abiertas con ese fin.

No existen bloqueos de acá hacia quienes trasladan ayuda, por lo que tampoco debe utilizarse como supuesto argumento para soliviantar las calles.

Hacia estas irán masivamente los revolucionarios, insistió el presidente Díaz-Canel, y en ellas estaremos combatiendo, sentenció.