Sobreviven más niños en el mundo, pero pudiera aumentar el número

Editado por María Candela
2024-03-23 10:15:55

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Las cifras más elevadas de muertes de los más pequeños se registran en África subsahariana y el sur de Asia.

Por Roberto Morejón

Según las últimas estadísticas disponibles, la mortalidad infantil en el mundo continuó a la baja en 2022, sin dudas una buena noticia, aunque las insatisfacciones persisten.

Los decesos en el rango de edades por debajo de cinco años exhibieron un mínimo histórico de 4,9 millones dos años atrás, resultado que mereció el calificativo de hito por organismos especializados.

Las cifras publicadas por el Grupo Interagencial de las Naciones Unidas para la Estimación de la Mortalidad Infantil ponen de relieve el descenso de ese indicador en 51 por ciento desde el año 2000.

Los entendidos adjudican el avance a un mayor compromiso de los gobiernos, comunidades y personas con la atención a los infantes y al apoyo de la ONU.

Sería un error celebrar los progresos e inmediatamente olvidar la realidad aún persistente en vastas regiones del planeta.

El informe citado señala que las cifras más elevadas de muertes de los más pequeños se registran en África subsahariana y el sur de Asia.

Allí las desigualdades sociales y económicas impiden la llegada de asistencia y atención a los niños nacidos en familias de menos ingresos monetarios.

Otro tanto ocurre en América Latina, donde la mortalidad en las edades entre 0 y 5 años cayó 71 por ciento entre 1990 y 2022, pero aun así la región permanece por debajo de la media global, o sea, 37 fallecimientos por cada mil nacimientos.

No por casualidad, los expertos vaticinan que casi seis decenas de países no alcanzarán la meta de mortalidad de niños menores de cinco años fijada en los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

En otras palabras, en 2030 más de 35 millones de niños no sobrevivirán porque todavía el lugar donde nacen determina si vive o muere, si parafraseamos una frase del doctor Tedros Adhanom Ghebreyesus, director de la Organización Mundial de la Salud.

Con una asistencia del Norte industrializado al Sur global inferior a los requerimientos sanitarios y con marcados contratiempos económicos y sociales en esa última área, todavía para muchos residentes en zonas vulnerables resulta un lujo acceder a prestaciones de salud.

Si bien es legítimo celebrar la declinación de la mortalidad infantil a nivel global, se impone instar a mayores inversiones hacia el progreso con vistas a poner fin a los decesos infantiles evitables.

La intensificación de los conflictos internacionales y sus consecuencias para la economía no deben ahogar los planes para atender a familias hoy en desventaja social para traer al mundo y cuidar a sus descendientes.

 



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