
Dina
por María Josefina Arce
La autoproclamada presidenta del Perú, Dina Boluarte, sigue en la cuerda floja. La Comisión de Fiscalización del Congreso aprobó recientememte un informe final que sugiere al pleno del órgano legislativo examinar la destitución de la mandataria por incapacidad moral.
Ahora es señalada por haberse ausentado de su cargo entre junio y julio de 2023, tras someterse a cirugías estéticas que no informó al Congreso.
El caso, revelado por la prensa, ha estado lleno de las incongruencias de la presidenta, quien ha sido desmentida en sus declaraciones por el cirujano que la operó, que afirmó que estuvo en reposo secretamente durante 12 días en los que no pudo ejercer sus funciones.
En sus dos años y medio de gestión varios han sido los cuestionamientos a Boluarte, que exhibe la aprobación más baja que haya tenido un jefe de estado peruano.
Un estudio de junio pasado de Datum-El comercio reveló un histórico rechazo del 94% de la ciudadanía al desempeño de la presidenta.
Ya ha estado en el ojo de la tormenta por el escándalo de los relojes Rolex, que no declaró en sus informes de bienes y que llevó a una investigación y al allanamiento de su residencia.
Pero también por el caso de su hermano Nicanor Boluarte, investigado por tráfico de influencias, cohecho y por pertenecer a una organización criminal.
A esto se suma la investigación en su contra por las decenas de muertes registradas durante las protestas antigubernamentales de finales de 2022 y principios de 2023, tras el golpe contra el presidente electo en las urnas Pedro Castillo.
Diversos organismos afirmaron que la policía y el ejército hicieron un uso desproporcionado y letal de la fuerza contra los manifestantes, además de que se reportaron masacres, ejecuciones extrajudiciales y graves violaciones de los derechos humanos.
La inestabilidad política y social y los escándalos de corrupción han caracterizado el mandato de Boluarte, quien sin embargo, ha logrado sobrevivir a varios pedidos de remoción gracias a la protección de grupos de derecha que han bloqueado los intentos previos.
Ahora para los expertos la situación podría repetirse, aunque señalan habrá que tener en cuenta que estar cerca de una presidenta tan rechazada podría pasarle factura a determinados partidos políticos de cara a las elecciones de 2026.