
Lula a favor de los pueblos indígenas
por María Josefina Arce
Aún queda mucho por hacer a favor de los pueblos indígenas, ha manifestado Luiz Inácio Lula Da Silva, quien al asumir en enero de 2023 por tercera ocasión la presidencia de Brasil ha retomado políticas para proteger los derechos de las comunidades autóctonas puestas en marcha en sus dos mandatos anteriores.
En una muestra de su compromiso, en los últimos días el mandatario anunció una inversión de más de 212 millones de dólares para la construcción de 249 escuelas destinadas a las poblaciones indígenas.
De acuerdo con cifras oficiales, el analfabetismo entre estas comunidades alcanza 15%, más del doble de la media nacional que es de 7%.
Hay que destacar que la población quilombola, descendiente de esclavos cimarrones y que contabiliza a más de un millón de brasileños, también se verá beneficiada con esta iniciativa que busca promover la inclusión socioeconómica.
Además en la actualidad se ejecutan 22 obras de emergencia, escuelas y un centro de formación de profesores, en territorios de los pueblos ye' kwana y yanomami, este último recordarán acaparó la atención de la opinión pública hace dos años por la crisis humanitaria que atravezaba.
De hecho poco después de asumir la presidencia, viajó Lula Da Silva al norteño estado de Roraima y constató la catástrofe sanitaria que enfrentaba ese pueblo, que vio sus tierras invadidas por la minería ilegal alentada por el ex mandatario Jair Bolsonaro durante su gestión de 2019 a 2022.
De inmediato el nuevo gobierno anunció una serie de medidas como atención medica y la expulsión de los mineros ilegales, una situación que se sigue monitoreando.
Lula Da Silva ha vuelto igualmente a dar prioridad a la demarcación de tierras indígenas, una demanda de esas etnias que históricamente han sido despojadas de sus territorios, poniéndo en riesgo su supervivencia.
En estos dos años el actual gobierno ya homologó 13 reservas y declaró listas para alcanzar ese estatus a otras 11.
Este proceso se había detenido bajo la presidencia de Bolsonaro, quien desmanteló las políticas públicas destinadas a los pueblos originarios y los organismos encargados de la protección de los territorios indígenas.
Si bien es cierto que aún falta mucho por avanzar, en los meses transcurridos el presidente brasileño ha evidenciado su compromiso con el bienestar de las comunidades autóctonas, poseedoras de una sabiduría ancestral que tanto ha aportado al mundo.