Hacia el autoritarismo

Editado por María Candela
2025-07-01 08:23:15

Pinterest
Telegram
Linkedin
WhatsApp

Tribunal Supremo de Estados Unidos.

Por: Alfredo García Almeida*

El Tribunal Supremo de Estados Unidos, concedió el pasado viernes otra victoria al presidente, Donald Trump, en un caso en el que se estudiaba el derecho a la ciudadanía por nacimiento. La mayoría de sus nueve magistrados, limitaron el poder de los jueces para oponerse a la agenda presidencial.

El alto tribunal en el que sus miembros se muestran divididos ideológicamente; los seis conservadores a un lado, las tres liberales, al otro, decidió limitar el poder de esos jueces federales, unos 700 repartidos por todo Estados Unidos, y, como consecuencia, allanar, una vez más, la senda de la actual Administración, cuyos críticos denuncian que avanza hacia el autoritarismo.

Durante más de un siglo, la interpretación de la decimocuarta enmienda constitucional de EEUU, ratificada en 1868, ha sido muy clara: “Todas las personas nacidas o naturalizadas en Estados Unidos y sujetas a su jurisdicción, son ciudadanos de Estados Unidos y del Estado en el que residen”. La enmienda se aprobó para poner fin a la interpretación del Supremo, que excluía de forma permanente a los descendientes de personas esclavizadas de la posibilidad de obtener la ciudadanía de Estados Unidos, únicamente por motivos de raza.

En una sentencia histórica de 1898 sobre un inmigrante asiático, del caso Estados Unidos contra, Wong Kim Ark, el Supremo interpretó de modo amplio la Decimocuarta Enmienda, garantizando la ciudadanía automática a prácticamente todos los niños nacidos en el país. Desde entonces, los hijos de inmigrantes nacidos en Estados Unidos, han adquirido la nacionalidad independientemente del estatus legal de sus padres.

La opinión jurídica mayoritaria, la firmó Amy Coney Barrett, una de las tres magistradas nombradas por Trump durante su primer mandato. La resolución también autoriza la entrada parcial del decreto que pretende acabar con la ciudadanía por nacimiento, recogida en la Constitución, en ciertas partes del país. Trump reaccionó a la sentencia poco menos de una hora después de conocerse el fallo. “¡GRAN VICTORIA en el Tribunal Supremo de Estados Unidos!”, escribió en Truth Social (las mayúsculas, como siempre, son suyas). “Incluso el fraude de la ciudadanía por nacimiento ha sido, indirectamente, duramente afectado. Se pensó para los bebés de esclavos, nada tiene que ver con la ESTAFA de nuestro proceso de inmigración”, sentenció Trump.

La opinión jurídica disidente corrió a cargo de la magistrada, Sonia Sotomayor, que definió la decisión de los jueces conservadores como “una farsa del Estado de derecho”. “Este”, escribe Sotomayor, “solo perdurará si quienes tienen la valentía suficiente en cada rama de la justicia luchan por su supervivencia. Hoy, el Supremo renuncia a su papel vital en ese esfuerzo”. Para completar la imagen de la división y los matices en el seno del alto tribunal, basta indicar que el documento incluye otras cuatro opiniones más: las concurrentes de los conservadores, Clarence Thomas, Samuel Alito y Brett Kavanaugh, y la contraria de la progresista, Ketanji Brown Jackson.

*periodista, analista internacional colaborador desde Mérida, Yucatán.

 

 

 

 

 



Comentarios


Deja un comentario
Todos los campos son requeridos
No será publicado
captcha challenge
up