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Mensaje de paz

por Guillermo Alvarado
Trump en Navidad

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, demostró una vez más su total desconexión con el mundo real cuando envió su mensaje con motivo de la celebración de la navidad, uno de los festejos más acentuados en diversas partes del mundo, en particular en América Latina y el Caribe.

Resulta verdad que esta fecha está muy contaminada por el comercio, que logró sembrar en el imaginario popular que el significado de los regalos que familias y amigos intercambian está determinado por el precio, lo cual obliga a personas de medianos o escasos recursos a hacer sacrificios extraordinarios.

Sin embargo hay algo que subyace todavía y le da un valor agregado a las fiestas más allá de ideas o creencias religiosas y es el deseo común de que haya paz, tanto en la esfera personal, como familiar, comunitaria y entre los pueblos y naciones, y eso le da una connotación muy particular.

Familias, amigos, vecinos y hasta extraños suelen darse un abrazo, que es la forma más hermosa de desear que la paz impere y los líderes políticos o religiosos envían mensajes que, supuestamente, expresan ese sentimiento.

No resulta extraño que Trump, en medio del desorden intelectual, político, histórico y cultural que vive, haya hecho exactamente lo contrario.

Aunque ustedes, amigos, ya conocen su mensaje navideño, lo repito: «Feliz Navidad a todos, incluyendo a la escoria de la izquierda radical que hace todo lo posible por destruir nuestro país, pero que está fracasando estrepitosamente. Ya no tenemos fronteras abiertas, hombres en el deporte femenino, personas transgénero para todos ni una aplicación de la ley débil».

¿Alguien nota de verdad algún acento de paz en este texto?, pero eso no es todo porque en su posterior saludo navideño a los militares confirmó el próximo inicio de ataques militares terrestres contra el narcotráfico en la región, lo que implica violaciones puntuales a la soberanía de los países.

Washington mantiene en el sur de Caribe un fuerte contingente militar, que incluye un submarino nuclear, el portaaviones Gerald R. Ford, varios destructores bien equipados y unos 4 mil efectivos.

Los principales objetivos son Venezuela y, en menor medida, Colombia, no así Ecuador que vive una tensa situación por la influencia del narcotráfico que controla buena parte del sistema penitenciario, pero cuyo presidente, Daniel Noboa, le tiene una canina lealtad a Trump.

Según la tradición, cuando Jesús nació en el poblado de Nazaret no había en el mundo ningún conflicto militar activo. Hoy, dos mil 25 años después, la efeméride se utiliza para amenazar con muerte y destrucción.  ¡Cuánto ha evolucionado la humanidad!

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