USA, ¿Escuela o campos de batalla?

Editado por Maite González Martínez
2018-02-15 07:22:55

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Exestudiante fue señalado como responsable de la matanza. Foto/Criterio Hidalgo

Por: Roberto Morejón

Matanzas colectivas como la registrada recientemente en una escuela secundaria del estado de la Florida son posibles en Estados Unidos porque con 4,4 por ciento de la población mundial tienen en su propiedad 42 por ciento de las armas del planeta.

Ese pueblo mayoritariamente armado aprendió a cohabitar con dolorosas tragedias como la de la escuela de la Florida, donde un joven de 19 años dio muerte esta semana a 17 personas antes de ser apresado.

Los trabajadores del plantel vivieron en la incertidumbre desde hace tiempo porque fueron advertidos de NO dejar pasar a quien ahora se reveló como asesino, pues se sabía de sus desajustes, constatados mientras fue alumno de la escuela.

La vigilancia mantenida NO fue suficiente y discípulos y profesores fueron sorprendidos por el tiroteo, el número 18 en una escuela estadounidense en los primeros 45 días de 2018.

Por más que se trata de justificar la extraordinaria cantidad de pertrechos bélicos en poder de los ciudadanos de esa nación, nunca será comprensible.

Cuarenta y un por ciento de los ciudadanos vive en hogares donde hay al menos un individuo armado y 72 por ciento afirma haber disparado alguna vez.

Tampoco es entendible que la sociedad siga paralizada en un eterno debate entre los que abogan por limitar la posesión de armas y los opositores a la medida.

A estos últimos NO parece importarles que según estudios realizados la violencia en la primera potencia del mundo cobra

33 mil víctimas anuales.

Los conservadores dentro y fuera del gobierno así como en el partido republicano junto a la poderosa Asociación Nacional del Rifle se las arreglan para impedir progresos hacia la rebaja de la disponibilidad de artefactos de fuego en las calles.

Las armas forman parte de la cultura de buena parte de la sociedad, afirman los renuentes a detener el terror en Estados Unidos, y llegan a justificar la posesión de hasta fusiles de asalto.

Difícilmente con un gobernante como el actual el país norteño pueda dar pasos hacia la cordura en la materia, pues además la poderosa industria de armas lo frenaría.

Entonces solo queda a las familias esperar en la zozobra el regreso de sus hijos a la casa después de culminar su jornada escolar.

Los medios de comunicación NO harán nada para alentar un viraje y, como ocurrió ahora a propósito de la matanza en una escuela de la Florida, se limitarán a competir por ofrecer los costados más oscuros de la desventura.

Después de conmoverse por los caídos en el colegio citado, muchos estadounidenses comenzarán a esperar por la próxima masacre, implorando para que ellos o sus parientes NO sean las víctimas futuras.



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