Se mantiene el MAS como la primera fuerza política de Bolivia

Editado por Maite González Martínez
2019-06-11 08:30:27

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Imagen ilustrativa. (Foto/PL)

Por María Josefina Arce

Se acorta el tiempo para las elecciones generales de octubre venidero en Bolivia, y el gubernamental MAS, Movimiento al Socialismo, del presidente Evo Morales, se mantiene como la primera fuerza política en la nación andina.

Especialistas locales destacan que el actual mandatario se mantiene como el candidato favorito de la mayoría del electorado boliviano, que ha sido testigo del gran cambio que ha experimentado el país desde 2006.

Podría pensarse que 13 años de gobierno han desgastado la imagen de Evo Morales, pero analistas y sociólogos estiman que aunque siempre existe ese riesgo, en este caso es mínimo pues las políticas sociales y el avance económico de Bolivia lo mantienen en la preferencia de muchos.

Morales fue el candidato más votado en las elecciones primarias efectuadas en enero pasado, un proceso que por primera vez tuvo lugar en la nación andina para validar a los aspirantes a los comicios generales.

Obtuvo más del 36 por ciento de respaldo, mientras que los candidatos opositores alcanzaron entre el 3 y el 7 por ciento de los votos de los militantes de sus respectivos partidos políticos.

La derecha por demás, no ha logrado aunar posiciones para presentar una candidatura única y enfrentar al actual presidente, quien no podemos olvidar ha sido objeto de incontables campañas mediáticas para desprestigiar su imagen y minimizar los logros de sus mandatos.

Otra de sus estrategia ha sido pedir la renuncia de los miembros del Tribunal Supremo Electoral, elegidos por la Asamblea Legislativa Plurinacional, algo común en los procesos electorales, sobre todo en organizaciones políticas cuando saben que no tienen la posibilidad de imponerse en las urnas.

Es así que convocaron para este lunes a una protesta contra los vocales del Tribunal, lo que fue calificado por el ministro de Justicia Héctor Arce como un atentado contra la democracia ante una visible derrota en las urnas.

El presidente de la Cámara de Diputados, Víctor Borda, explicó por su parte, que la exigencia de los opositores crearía una inestabilidad institucional en el país, además de afectar todo el proceso comicial del 20 de octubre, al que convocó el 27 de mayo el Tribunal Supremo Electoral.
A eso se suma que la solicitud de algunos políticos de pedir la intervención de Estados Unidos para evitar un nuevo triunfo de Morales en los venideros comicios, no es una idea que agrade a todos, que comparan el accionar de la oligarquía boliviana con el de la derecha venezolana.

La oposición tampoco tienen un definido programa de gobierno, la perspectiva a la que se enfrentan los bolivianos en el hipotético caso de inclinar la balanza a favor de la derecha es el retorno a las políticas neoliberales y a la inestabilidad social y económica.

Carlos Mesa, del partido Comunidad Ciudadana, es el rival más cercano de Morales, de acuerdo con las últimas encuestas de opinión, que reflejan sin embargo, una distancia a tener en cuenta entre los dos candidatos.

En medio de un clima altamente polarizado, en el que han emergido en la palestra electoral otros candidatos de origen indígena, serán en definitiva los bolivianos quienes se pronunciarán en las urnas el 20 de octubre por mantener la transformación del país para bien de todos o por un cambio que signifique un retorno a aquella Bolivia pobre e inestable.



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