Por: Guillermo Alvarado

A pesar de que el gremio de los transportistas decidió levantar la huelga en Ecuador, las protestas contra las reformas neoliberales impuestas por el gobierno de Lenin Moreno se mantienen y la situación aún está muy lejos de llegar a la normalidad en el país sudamericano.

Once federaciones de transportistas entregaron al ejecutivo un documento donde plantean su oposición al cese de los subsidios estatales al combustible, que genera fuertes alzas de los precios y se desmarcaron de las manifestaciones contra Moreno.

No obstante, organizaciones indígenas decretaron una movilización por tiempo indefinido y repudiaron la brutal represión que ejercen las autoridades, así como la detención de los líderes sociales Marlon Santi, coordinador nacional del movimiento Pachakutik, y Jairo Gualinga, dirigente juvenil.

De acuerdo con la Confederación de Nacionalidades Indígenas de la Amazonía Ecuatoriana, no existe ninguna razón para esas capturas porque hasta ahora las marchas se han realizado de manera pacífica y no están vinculadas con los saqueos que se registraron en Quito y otras ciudades ecuatorianas.

Jaime Vargas, presidente de la entidad, aseguró que no frenarán sus acciones a pesar del retiro de los transportistas de las protestas y reiteró la condena al uso excesivo de la fuerza por parte de la policía.

Los indígenas están apoyados por los estudiantes universitarios, que también manifestaron su intención de mantener las marchas contra el paquete neoliberal del gobierno.

Tras negociar con el Fondo Monetario Internacional, FMI, un préstamo por 4 mil 209 millones de dólares, Moreno anunció el cese del subsidio a los combustibles, lo que aumenta en 123 por ciento el precio del diésel y la gasolina.

De igual manera, se disminuyó en 20 por ciento el salario de los empleados estatales, se pretende privatizar los fondos para las jubilaciones y disminuir el monto de las mismas y el recorte de un día de salario a los trabajadores de las empresas públicas.

Por otro lado, el paquetazo neoliberal incluye la rebaja de impuestos a los sectores de grandes ingresos, que serán los únicos beneficiados con estas políticas impuestas al país por el FMI.

Un comunicado de la agrupación Revolución Ciudadana, firmado por Gabriela Rivadeneira, señala que en doce meses el gobierno de Moreno ha endeudado al país mucho más que las administraciones de los últimos nueve años.

En estos momentos la deuda pública de Ecuador equivale al 31 por ciento del Producto Interno Bruto, el segundo en toda la región y solo por detrás de Argentina, donde este indicador rebasa el 120 por ciento.

Es una situación grave y a Moreno le quedan pocas posibilidades de maniobra, como no sea controlar las protestas a sangre y fuego, con serias consecuencias para su futuro y el de su país.