Latinoamérica: desigualdades y paradojas

Editado por Maite González Martínez
2019-12-13 08:24:36

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Por: Guillermo Alvarado

Esta semana el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, PNUD, publicó un informe donde reitera que América Latina y El Caribe se mantiene como la segunda región más desigual del mundo, un listado oprobioso que encabeza el África Subsahariana.

De acuerdo con Luis Felipe Calva, director para el subcontinente de esa entidad, esta es la principal razón del estallido de descontento que en las últimas semanas se ha registrado en numerosos países, sobre todo en Sudamérica.

Amplios sectores de la sociedad acumulan una gran dosis de ira debido a las dificultades de acceder a servicios públicos de calidad, sobre todo en ramas como la salud, educación, vivienda o transporte.

Una situación particularmente difícil viven las personas de mayor edad, en particular los jubilados, que han visto en muchos casos cómo sus pensiones se reducen de tal manera que les resulta imposible satisfacer sus necesidades básicas, luego de toda una vida de labores.

El arribo de las modernas tecnologías asociadas a internet lejos de solucionar el problema, han profundizado la brecha porque quedan fuera del alcance de un gran número de personas, lo que dificulta su formación y su acceso a mejores puestos de trabajo y por lo tanto de salarios decentes.

Aunque el informe no lo menciona por su nombre, está claro que la mayor responsabilidad recae sobre la aplicación de medidas neoliberales.

Pero en el texto también se reflejan asombrosas paradojas, difíciles de explicar, entre ellas, por ejemplo, que Latinoamérica y El Caribe figuran entre las zonas del mundo donde se ha logrado reducir la pobreza en los últimos diez años.

Además, de acuerdo con el Índice de Desarrollo Humano de la ONU es un área que muestra resultados por encima del promedio global y está considerada como una región de ingreso medio.

Cómo entonces explicar las explosiones de descontento ocurridas en Colombia, Ecuador o Chile, que no están precisamente entre los más pobres.

¿Cuál es el nexo que une a Haití, donde la desesperanza, el hambre y las enfermedades son pan cotidiano, con Chile que figura entre los que más han logrado reducir las desigualdades en todo el mundo?

El país más avanzado de la región, según la ONU, tiene como común denominador con el más atrasado a decenas, cientos de miles de personas exigiendo atención urgente a sus necesidades y a sus gobiernos respondiendo con balas, gases, muertos, detenidos, desaparecidos y torturados.

Ha habido poca diferencia en estos días entre las calles de Puerto Príncipe y de Santiago de Chile, lo que nos indica que algo anda muy mal en los informes que nos entregan algunos organismos especializados, que parecen ir en sentido contrario a la cruda verdad.

Las estadísticas, cualquiera lo sabe, son muy fáciles de manipular. Mientras haya pobres dispuestos a morir peleando en la calle antes que vivir en la miseria, nadie tiene derecho a hablarnos de igualdad y desarrollo.



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