El pesado lastre de las facturas médicas

Editado por Maite González Martínez
2020-04-03 08:45:14

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Por: Roberto Morejón

La propagación del nuevo coronavirus en el mundo trajo aparejado el temor de enfermar y poner en juego la vida así como la inquietud por los altos costos de los tratamientos.

Para nadie es un secreto la especulación financiera reinante en torno a los progresos de la ciencia para combatir diversas enfermedades y ahora, en especial, con vistas a atajar la incidencia de la COVID-19.

Con el transcurso de la pandemia crecieron los afanes de lucro de las transnacionales envueltas en la fabricación de medicamentos y también los precios de varios de ellos.

Las corporaciones invierten sumas elevadas para adelantarse a competidoras en la búsqueda de una vacuna contra el nuevo coronavirus.

Mientras tanto, los ricos apelan a tratamientos  exclusivos en clínicas privadas, algo prohibitivo para otros.

Millones de latinoamericanos depositan sus expectativas en que en algunos países existen políticas para acceder a los diagnósticos de forma gratuita, pero en otros resulta imprescindible acudir a laboratorios privados, por la fragilidad de los servicios públicos de salud.

Si embargo, la barrera es gruesa en el ámbito privado, pues en México, por ejemplo, el test para el coronavirus ronda entre 250 y 420 dólares, mientras en Chile es más bajo, entre 58 y 70 dólares.

En Estados Unidos, 27 millones de personas sin seguro médico tiemblan ante la amenaza de la pandemia, al solo lograr que el fondo aprobado por el Congreso cubra los costos de la pruebas, NO así los de los tratamientos.

Los obligados a internarse en cuidados intensivos deberán esperar facturas exorbitantes, independientemente de si tienen seguro.

Es cierto que Medicare y Medicaid amparan atenciones al abordar los síntomas del trastorno respiratorio, pero los beneficiados con esos seguros tendrán que abonar otros pagos.

 Si hasta ahora muchos estadounidenses lamentaban los excepcionalmente altos costos de la atención médica en contraste con otras naciones, ante el paso arrollador de la actual pandemia las afectaciones al bolsillo serán superiores.

En medio de tanto nerviosismo, los estadounidenses también tienen motivos para sobresaltos adicionales por el sinuoso comportamiento de su presidente.

Donald Trump llegó a minimizar inicialmente de forma rampante el impacto de la dolencia y a magnificar el retorno a la normalidad económica, con la vista puesta en las elecciones y NO en los apremios de salud de sus compatriotas. 

Si bien para muchas personas en el mundo salvar la vida es lógicamente lo primordial, también lamentan que la tempestad respiratoria haga detonar empleos, ahorros, salarios y vuelva impagables las facturas médicas.



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