La tierra puede producir más con el apoyo de los científicos cubanos

Editado por Maite González Martínez
2020-06-30 07:08:34

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Por: Roberto Morejón

Como parte de una estrategia destinada a la supervivencia y garantizar el desarrollo, Cuba busca nuevas modalidades de producción de alimentos, aun en circunstancias materiales desfavorables.

Dada la efectiva contribución de la ciencia en este país al control de la COVID-19, surgió la prometedora idea de sumar ese talento al aporte de nuevas ideas, útiles a la economía.

A buscar en la ciencia respuestas a una parte de las dificultades más notorias convocó el presidente de la República , Miguel Díaz-Canel.

El Jefe de Estado impulsó el concurso de los hombres y mujeres consagrados a la investigación a los planes de la nación para neutralizar la pandemia del nuevo coronavirus.

La iniciativa resultó exitosa pues la mayor de las Antillas tiene bajo control la enfermedad.

Pero es el momento de concentrarse  en la economía, expuesta a los efectos nocivos del bloqueo de Estados Unidos y el colapso del comercio y los altos precios de productos así como de las materias primas en el mundo.

Enfatizar en la investigación agropecuaria se alza en Cuba como una línea de acción insoslayable.

Tanto la nación antillana como otras  de limitados recursos y golpeadas por la erogación hacia los soportes de respuesta a la COVID-19 , deben mirar más hacia la tierra autóctona, en lugar de tocar a las puertas de los mercados internacionales.

Cuba está urgida de elevar la generación de nutrientes basada en las potencialidades locales, con la sumatoria de los innovadores y técnicos.

El primer mandatario del país lo perfiló de forma directa: “es un problema de soberanía nacional”.

Funcionarios, expertos y otros entendidos en las diversas materias estudian y abogan por profundizar y cambiar lo que deba ser transformado.

Así debe hacerse en la producción, siembra, distribución, comercialización e incluso hasta en las rutinas alimentarias.

En ese camino hacia otras alternativas justificadas, algunos vislumbran como vital el intercambio con los productores de las diferentes formas de propiedad.

La sabiduría de la práctica de años en los campos aun con insumos escasos y procedimientos rudimentarios, debe armonizarse con los conocimientos de los investigadores.

Mucho falta por decir sobre semillas apropiadas, uso de suelos, efectos del cambio climático, fuentes de regadíos menos gastadoras de energía y eficiencia de las modalidades productivas.

A conocer más sobre esos y otros temas en busca de más alimentos hacia la mesa de los hogares transitan los cubanos.



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