El municipio holguinero de Cacocum renace tras el paso devastador del huracán Melissa, que a finales de octubre impactó como categoría tres dejando inundaciones históricas pero sin costar una sola vida humana, gracias a una eficiente organización de defensa civil y la solidaridad comunitaria. Con más de 18,000 personas evacuadas a tiempo en centros como el preuniversitario Mártires de Holguín y el círculo infantil Sueños de Camilo, la población demostró su capacidad de respuesta ante un ciclón que desbordó ríos y rompió diques en zonas nunca antes afectadas.
Las operaciones de rescate, coordinadas con las FAR, el Minint y equipos especializados, salvaron incluso a los últimos resistentes como Nielsen Francisco Piña Pérez de Yaguabo, rescatado tras tres intentos fallidos, y a Clara Larrea, de 98 años, la vecina más longeva de la comunidad. Aunque comunidades como Altagracia, Santa María y El Zarzal quedaron bajo dos metros de agua, destruyendo hogares y bienes, la prioridad de proteger a la población evitó tragedias mayores.
Hoy, mientras el sol seca el lodo y la tristeza, Cacocum –municipio ganador de la sede por el aniversario 67 de la Revolución– encara la reconstrucción con el mismo espíritu comunitario que caracteriza a este territorio rural donde “los trenes dictan la hora”. Con programas sociales fortalecidos en salud y educación, y el impulso de nuevas formas de gestión como las mipymes Tauba Holmotor y Cachito, sus habitantes construyen sobre lo esencial: la preservación de la vida, el mayor triunfo tras la tormenta.
Fuente: Agencia Cubana de Noticias
