La Habana y sus gentes: el eterno desafío del transporte público

Editado por Maite González Martínez
2017-07-03 10:44:45

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Por: Guadalupe Yaujar Díaz

Ciudad tropical, coqueta y bulliciosa, La Habana es una mujer que muestra sus añejas calles y callejuelas, sobadas por el tránsito abrumador de millones de ruidos. Una mujer que no se inmuta pero vive el eterno desafío del transporte público.

La urbe de hoy está asentada, más allá de todos los reconocimientos otorgados por su incalculable Patrimonio y preservación, sobre los avances tecnológicos de transportación y el progreso que durante años le dan y le quitan luces.

Así la vemos cientos de miles de habaneros, nativos o importados de provincias, y es que se trata de más de dos millones de habitantes convivientes de un día a día lleno de retos.

La mayoría de los habaneros se mueven a bordo de un ómnibus, apretaditos, en un taxi rutero o el clásico botero particular, en bici taxi o coco taxi, moto para dos personas, para llegar a tiempo al trabajo, las escuelas, o simplemente de tiendas, no importa la opción si está a tenor con el bolsillo de cada cual.

El hecho real es que la demanda de viajes diarios en el transporte público solamente cubre 80 %, aunque la capital en los últimos cinco años ha recibido el impulso de unos 90 nuevos ómnibus anuales, pero aún insuficientes para el gran movimiento de personas.

El gobierno regula precios y los conductores privados, demandan que rija la oferta y la demanda por lo cual buscan resquicios de amparo legal para sus intereses, pero el principal perjudicado continúa siendo el caminte, cuyo interés es contar con un transporte estable acorde con los ingresos que recibe.

Por estos días las paradas de ómnibus exhiben mayor aglomeración de personas, entre otros razones por la baja presencia de “almendrones” que nos socorran en las calles durante los calurosos julio y agosto.

Se requiere sentar las bases, todavía no alcanzadas, del desarrollo sostenible a largo plazo y la cobertura total al trasiego para satisfacer, además, las necesidades del turismo internacional que la visita; cerca 40% del que ingresa al país.

Mientras, aquellas preferidas calles (otrora de subida y bajada) para peatones y vehículos (O´Reilly, Obispo, Neptuno, y San Rafael) guardan silencio de su pasado sobre una circulación que hizo temblar el pavimento, pero reclaman atención como otras tantas ante el paso del tiempo y el deterioro.

No importa si hablamos de la Habana Vieja o Nueva, la ciudad está marcada por la prisa de pregones de vendedores de las mil y una noches; los carretones de ruedas o tirados por bestias que dieron vida posterior a tranvías, bicicletas, triciclos y automóviles lentos o más veloces, todo un sortilegio de disímiles modelos importados de varias latitudes.

Simplemente en La Habana sus gentes no escapan a la crisis sostenida hace décadas del servicio de transportación y la solución sigue pasando en eterno desafío por la paciencia, los planes y el peligro de la espera.

 



Comentarios

  • EEstadisticas's gravatar
    EEstadisticas
    05/07/2017 08:46 am

    Por si no saben esto, sintetizo en esta nota , enviada a programa sobre Transporte Urbano, en Canal Habana, dado este artículo publicado por RHC , con las mejores intenciones, como el camino del infierno. OJO! No le hagan el juego a Obama en eso de olvidar la historia, pues si lo hacen los periodistas y directivos, ingenuamente le hacen el juego y la historia siempre debe tomarse como referencia, sobre todo si es de lo mejor que logramos, en cualquier esfera económica o social. No respecto al pasado año, sino al mejor año en cada actividad. En este tema repasemos desde septiembre de 1961. En esa fecha en La Habana, capital del país, había un total de 1668 ómnibus, de los que trabajaban 1216, para un CDT de 75%. Las 56 rutas existentes, se transportaban 1485737 pasajeros diarios, con una frecuencia promedio de entre 3 a 6 minutos en servicio regular (algunas como las rutas 5 y la 30, a 2.5 minutos) y entre 15 y 30 minutos en confronta; servicio prestado por 54 de las rutas. Repasando las estadísticas oficiales (ONE), el máximo de pasajeros transportados, en el país, fue de 3254,7 MM pasajeros en 1986, mientras que la movilidad de la población (pasajeros por habitante al año), fue de 177 en 1965, de 313 en 1987 y de 288 en 1989. Ampliando las estadísticas, el Anuario de Cuba 1987, incluía específicamente las de Ciudad de la Habana, destacándose lo siguiente: Vehículos promedio existentes urbano 1980 1981 1982 1983 1984 1985 1986 1987 2261 1917 1920 1924 1955 2008 2002 1976 Pasajeros transportados (MMpasj.) 1980 1981 1982 1983 1984 1985 1986 1987 1399.9 1502.0 1366.1 1478.6 1531.9 1515.3 1423.1 1302.2 Lo que significa que en el mejor año o sea en 1984 se transportaron 4196986 pasajeros diarios en la Capital de todos los cubanos y esa y no otra es la que se debe tomar como REFERENCIA cuando de transporte urbano en ella se hable , en cualquier foro o medio.. En las décadas del 70 y el 80, se organizo y desarrollo la infraestructura existente de apoyo al transporte urbano, para la reparación de los ómnibus y la fabricación y recuperación de piezas de repuesto y de las carrocerías, algo que existía desde la década del 50 para los ómnibus General Motors, que traídos de segunda mano operaban en la ciudad. Tal fue así que de los 800 ómnibus ingleses Leyland Olimpic III importados en 1964, todos absolutamente terminaron su vida útil en condiciones de trabajo, sin ninguna baja técnica. A fines de la década del 90, el Centro de Investigacion y Desarrollo del Transporte del MITRANS, efectuó y presento una investigación científica, en la que: partiendo de información brindada por los ministerios de Educación, Educación Superior y Trabajo y Seguridad Social mas el ministerio de Economía y Planificación y la ONE, se visitaron y entrevistaron, el 97.8% de la 4000 viviendas preseleccionadas y el 92.5% de las 11722 personas previstas, cifras internacionalmente validas para ese tipo de trabajo. Su primera Recomendación fue: 1.- El servicio público de transporte urbano de pasajeros es insuficiente y deficiente, por lo que resulta imprescindible perfeccionar su organización, así como prever incrementos en la flota de vehículos. Los transportistas, guagüeros, camioneros, taxista, ferroviarios, marinos, portuarios y aviadores son gente de pueblo, trabajadora y muy solidaria entre ellos, pero es evidente que con un nivel de reposición de 100 ómnibus urbanos al año, que no es siquiera reposición simple, JAMAS!!! Habrá un servicio que bien se merece nuestro pueblo.


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