Por: Roberto Morejón

La orden del presidente NO electo de Brasil, Michel Temer, de intervenir militarmente en Río de Janeiro arrojó más dudas que certezas en la opinión pública, a sabiendas de la ejecutoria sinuosa del mismo gobernante que traicionó a la ex Jefa de Estado Dilma Rousseff.

El dictamen para la inédita acción se convirtió en el primer decreto de ese tipo firmado en Brasil desde la promulgación de la Carta Magna en 1988, pues la figura de la intervención federal se reserva a situaciones límite.

Si bien pocos dudan de las cotas de violencia en Río de Janeiro, el Instituto de Seguridad Pública reveló que el recién concluido carnaval fue el de menos incidentes trágicos de los tres últimos años.

Especialistas dijeron que aunque Río registró 22 tiroteos diarios durante el mes de enero, NO está entre las regiones más inseguras.

Surgen entonces las sospechas acerca de un intento de Michel Temer de presentarse como el alegado “salvador” de la seguridad en una zona del país, en busca de mejorar su raída imagen pública, pues apenas goza de 5 por ciento de popularidad.

Otros analistas recordaron que al decidir la intrusión extrema en Río de Janeiro,  el presidente de facto trataría de cortejar al poderoso clan de la prensa, la red Globo.

Si bien es cierto que Temer NO dejó claro si intenta postularse para un nuevo período presidencial en un año electoral tampoco cerró la puerta. Si lo hiciera, su actual plan beligerante le podría traer más desaprobación y NO alabanzas.

Sus críticos destacaron que con apresamientos y terror en zonas caracterizadas por la pobreza y el desempleo como las favelas, solo conseguirá atizar el caos.

Ocurre que la guerra por la seguridad solo se ganará con desarrollo y empleo, algo impensable en el ortodoxo programa neoliberal de las élites en Brasil.

La falta de precisiones respecto a los procedimientos aprobados en las requisas de presuntos delincuentes y narcotraficantes llevó a muchos brasileños a reenviar en redes sociales un video para explicar a la población de raza negra cómo evitar lo peor.

Edu Carvalho, uno de los creadores del audivisual, explicó: “Desde que comience la intervención militar quienes más sufrirán las consecuencias serán los negros, los pobres y los favelados.

En la cresta de su impopularidad que hasta lo llevó a abandonar de momento la tramitación de la polémica reforma de las jubilaciones, Temer está acorralado entre las presiones de la oligarquía y políticos conservadores y la repulsa de gran parte de sus compatriotas.

Parece estéril un alarde de fuerza sin ir a la raíz de la violencia, situado en la falta de oportunidades para los ciudadanos.