Cuba y UE intercambian sobre la base del provecho y respeto mutuo

Editado por Maite González Martínez
2018-05-15 08:49:44

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Por: Roberto Morejón

La primera cumbre ministerial con el objetivo de examinar el avance de las relaciones entre Cuba y la Unión Europea se define en un contexto favorable, por la entrada en vigor del Acuerdo de Diálogo Político y Cooperación en noviembre último.

Ese compromiso borró el lastre de la repudiable Posición Común que alguna vez sostuvo la Unión Europea en relación con la nación antillana y ahora están creadas las condiciones para un salto en los vínculos, esencialmente económicos.

Cuba saluda la posición de la Unión Europea de oponerse al bloqueo estadounidense, hoy recrudecido por la administración del presidente Donald Trump.

Si bien a ambos lados del Océano Atlántico Washington y Bruselas mantienen su alianza, en relación con Cuba el Viejo Continente prefiere proseguir sus propios pasos.

Cuba, mientras tanto, ha reafirmado que mantendrá el cumplimiento de sus compromisos financieros internacionales y la colaboración establecida con la Unión Europea.

Salta a la vista el avance en ese sentido tras la firma del acuerdo con el Club de París, integrado por los acreedores de Cuba, y la posterior rúbrica de convenios bilaterales con los países europeos.

A la luz de esas coincidencias afloran herramientas útiles, entre ellas la posibilidad de otorgamiento del seguro al crédito a la exportación y de empréstitos en el mediano y largo plazos.

Por primera vez los lazos descansan en un soporte contractual que contempla el respeto recíproco y la observación de los preceptos del Derecho Internacional.

Es cierto que persisten diferencias sobre la vigencia y acatamiento de los derechos humanos, aunque Cuba y la Unión Europea llevaron el asunto a la mesa de diálogo.

Sin embargo, parece prevalecer la intención de insistir en lo que une sin abandonar los intercambios de pareceres sobre lo que se discrepa.

Esa tónica permitirá progresar hacia nuevos objetivos, algunos de ellos en vías de concretarse como los relacionados con el medio ambiente, energías renovables, agricultura y ciencias.

Resulta estimulante el principio enarbolado por la jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini, durante su última visita a La Habana, en enero último.

La diplomática afirmó entonces que “frente a los que levantan muros y cierran puertas, nosotros los europeos queremos tender puentes y abrir puentes mediante la cooperación y el diálogo”.

El ministro cubano de Relaciones Exteriores, Bruno Rodríguez, expresó en esa oportunidad que la permanencia de la funcionaria era una señal promisoria de los vínculos con la Unión Europea.

Para explorar nuevas aristas de la colaboración resulta muy acertada la cumbre ministerial en la capital belga.



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