Colombianos a las puertas de las urnas

Editado por Maite González Martínez
2018-06-11 10:01:00

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Imagen tomada de Celag.org

Por: Guillermo Alvarado

Los colombianos están prácticamente a las puertas de los colegios electorales para definir el 17 de junio quién será el próximo presidente del país, un proceso donde el futuro de la paz es el punto central de todos los debates, así como la principal incertidumbre de una población cansada de sumar víctimas por la violencia.

De acuerdo con las últimas encuestas, las preferencias de voto se van cerrando entre los dos candidatos, Ivan Duque, representante de las corrientes más conservadoras de la derecha y ahijado del expresidente Álvaro Uribe, y Gustavo Petro, de la coalición progresista Colombia Humana.

Más allá de las diferencias de ideología, los votantes deben pensar en lo que quieren para sus hijos y nietos, si la paz o la guerra, la reconciliación o la perpetuación de una sociedad dividida, de un país fracturado donde, como en un inmenso Macondo, cualquier absurdo siempre es posible.

Para nadie es un secreto que si Duque y el Centro Democrático, ingresan a la Casa de Nariño, los acuerdos de paz firmados entre el presidente Juan Manuel Santos y las exguerrillerar Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, enfrentarán obstáculos casi insalvables.

Si ahora lucen por momentos empantanados, el uribismo se encargará de que no levanten cabeza. Hasta el momento, de las 34 medidas que se negociaron en La Habana apenas de aplicaron 12. Si acaso se impone la derecha más conservadora este ritmo será aún mucho más lento.

Recordemos que Álvaro Uribe es un enemigo jurado de las negociaciones con las organizaciones rebeldes y su visión de una Colombia futura se basa en la alternativa militar, sea por la vía legal del uso de la fuerza armada nacional, como por las bandas paramilitares que él mismo sembró en ese territorio.

Sobre el ex jefe de Estado pesan acusaciones por graves crímenes cometidos durante su administración, entre ellas las de los “falsos positivos”, que según organizaciones humanitarias se trató de jóvenes reclutados con falsas promesas de empleo, que después resultaron muertos como presuntos combatientes insurgentes.

La eventual victoria de Petro tampoco significa la solución mágica de los problemas del país sumido en una espiral de violencia donde confluyen intereses de todo tipo.

Sin embargo Colombia Humana se ha manifestado a favor de impulsar los acuerdos ya firmados y adelantar las negociaciones con el Ejército de Liberación Nacional.

Esta organización, por cierto, en una muestra de buena voluntad acordó un cese del fuego unilateral a lo largo de toda esta semana para facilitar la celebración de los comicios, como ya lo hizo durante la primera vuelta.

A propósito de estas elecciones, insisto en señalar que hay un factor externo muy importante a tener en cuenta y es el interés hegemónico de Estados Unidos sobre la región. Ya en estos momentos Colombia es una especie de portaaviones seco del ejército estadounidense con varias bases militares distribuidas en su territorio.

¿Estará dispuesto el Pentágono a aceptar un gobierno dirigido por Gustavo Petro, o apoyará a Ivan Duque por las vías necesarias, incluido el fraude, para garantizar sus planes? Pronto, amigos, tendremos respuestas.



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