De Guatemala, una buena noticia

Editado por Lorena Viñas Rodríguez
2018-10-13 08:26:43

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Foto: Infobae.

Por: Guillermo Alvarado

Una buena noticia ocurrió esta semana en Guatemala y fue la condena a quince años y medio de cárcel para la exvicepresidenta Roxana Baldetti, en uno de los varios juicios que se le siguen por haber montado un sistema de corrupción que le permitió robar millones de dólares, junto al antiguo gobernante Otto Pérez Molina, también en prisión preventiva.

Como se recordará, la cúpula en el poder en la nación centroamericana fue señalada de cometer un enorme latrocinio contra los fondos públicos, lavar activos, ingresar mercancías de contrabando y otros ilícitos que fueron descubiertos por la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala, CICIG, y el Ministerio Público.

Numerosas movilizaciones se realizaron durante 2015, al grado de que el mismo Congreso de la República, un organismo señalado de corrupto hasta la médula, tuvo que retirarles la inmunidad y de allí fueron a prisión.

No se crea que están en una cárcel común, a donde puede ir un ciudadano por robar una gallina para saciar el hambre de su familia. No, señor, ellos reciben un tratamiento especial, junto a otros de su especie, con notables privilegios y, de cuando en cuando, inventan malestares para cambiar sus cómodas celdas por un lujoso hospital privado.

Viene a la memoria una frase atribuida a Monseñor Arnulfo Romero, quien dijo que en esos países la justicia es como las serpientes, que solo muerden a los que van descalzos.

Volviendo al caso, la señora Baldetti fue condenada por un delito de fraude que demuestra hasta donde llega la soberbia de quienes se creen inmunes por ocupar un cargo y cómo pierden la perspectiva.

La entonces vicepresidenta creó, junto a familiares y amigos, una empresa con el propósito de limpiar las contaminadas aguas del lago de Amatitlán, ubicado a unos 30 kilómetros de la ciudad de Guatemala y otrora un maravilloso recurso hidráulico hasta que cientos de empresas vertieron sus desechos en él.

Se contrató entonces a una firma israelí que por 23 millones de quetzales, unos tres millones de dólares, aclararía el oscurecido lago por medio de una fórmula cuasi milagrosa creada justamente con ese propósito.

Las denuncias de pobladores y organizaciones sociales de que algo más sucio que el lago se estaba manejando llevaron a una investigación donde se determinó que la fórmula de marras no era sino, imagínense ustedes la sorpresa, !agua con sal!.

Por este fraude, que raya en la burla, la señora Baldetti pasará quince años y medio tras las rejas, pero no es su única falta. De ser una modesta maestra de educación primaria, acumuló en sus años en la política una inmensa fortuna, con valiosas propiedades dentro y fuera del país y aunque la capacidad de asombro de los guatemaltecos casi parece agotada, todavía sorprenden nuevas revelaciones que van surgiendo durante este largo proceso, no exento de obstáculos.

De todas maneras es una buena noticia que en el país de la eterna impunidad, la justicia aflore alguna vez y alumbre la esperanza de que un día todo cambiará para bien de un pueblo que ya sufrió bastante.



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