Por: Roberto Morejón

El arribo de un primer lote de vehículos japoneses recolectores de desechos sólidos para el saneamiento de La Habana, representa un alivio para la capital de Cuba y refleja la utilidad de la cooperación bilateral.

Para los habaneros implica un hecho de vital importancia porque desde hace más de un año se hizo crítica la recogida de desperdicios. Fue así por la paralización parcial de los camiones asignados a esa función por falta de piezas de recambio.

En los inicios del año en curso fue efectiva la coordinación entre diversas instancias estatales para apoyar la recogida de remanentes en las calles de la urbe.
El gobierno cubano respaldó los esfuerzos de las autoridades de La Habana para evitar un mayor deterioro en el acarreo de residuos y se instó a la población a eliminar indisciplinas sociales.

La situación dejó de ser aguda, aunque continúa con dificultades. En ese contexto llegaron a esta ciudad los primeros 24 vehículos japoneses de un total de 100 consignados a las faenas de comunales de un asentamiento de más de dos millones de habitantes.

Los habaneros tienen motivos para la complacencia y expresan su gratitud al gobierno de Japón, mucho más cuando la entrega se inserta en una ayuda financiera NO reembolsable.

Los cubanos elogian la calidad de los productos japoneses, como los de la marca HINO, que ostentan los automotores para el acopio de desechos.
Ómnibus y camiones con ese sello recorrieron las ciudades de Cuba antaño, con un impacto mayúsculo en el transporte y traslado de mercancías.

Ahora se hace presente la asistencia japonesa para la higienización de La Habana y la destinada a otros proyectos. Está en marcha la primera fase de un plan de beneficio a Cuba de la Agencia Internacional de Japón para la Cooperación, capaz de asistir en la implementación del Programa de Desarrollo Económico y Social de este país caribeño.

Un año atrás se inauguró la oficina de la Agencia de Cooperación Internacional de Japón en La Habana, reservada a fortalecer los nexos con el archipiélago caribeño, ampliar las propuestas abordadas y explorar nuevas áreas de trabajo.

Se pone de relieve así la utilidad de los vínculos sensatos entre un país desarrollado y otro pobre, con escasos recursos naturales.

Cuba y Japón tienen diversos sistemas socio-económicos, pero se guían por el provecho de la cooperación hacia esferas de mutua necesidad.

Cuando los habaneros, junto al resto de los cubanos, trabajan para embellecer la capital con motivo del aniversario 500 de su fundación a conmemorarse en noviembre, la asistencia de Japón en materia de higienización representa un gesto elogiable.