Por: Guillermo Alvarado
Estados Unidos es una nación que gusta vivir de sueños, ilusiones y metáforas que se alimentan por el cine, la televisión o la prensa por medio de frases hechas como “el sueño americano” o “el país de las oportunidades”, que no suelen tener nada que ver con la realidad.
Hay quienes aún piensan, por ejemplo, que ganaron la II Guerra Mundial, o incluso la de Vietnam de la mano del soldado Rambo.
La verdad es que en la potencia norteña, a la hora de repartir la gallina de la prosperidad a la mayoría le tocan las patas, el cuello y la cabeza, mientras el cuerpo queda en manos de unos pocos privilegiados.
Esto ha salido a relucir ahora con más fuerza a propósito de la pandemia de Covid-19, que está dejando en evidencia enormes desigualdades.
Se conoció hace unos días que en medio de esta calamidad, que enfermó a casi un millón 700 mil personas y está a punto de cobrarse 100 mil vidas, un grupo de 600 ricos que viven en Estados Unidos incrementó su fortuna en los últimos dos meses en 434 mil millones de dólares.
Esto ocurre al mismo tiempo que se evaporaron 38,6 millones de empleos, lo que significa casi el mismo número de familias desamparadas y obligadas a sobrevivir con las escasas ayudas estatales.
En comentario anterior mencioné la difícil situación de los pueblos originarios en ese territorio, y ahora se divulgó la noticia de que por primera vez en su historia la organización humanitaria Médicos sin Fronteras envió a la Nación Navajo un equipo de emergencia para contener la enfermedad, porque en el país más rico del mundo el gobierno dice que no puede hacer nada.
De acuerdo con el exsecretario de Trabajo, Robert Reich, los nativos, los latinos y los afroamericanos están muriendo a un ritmo muy superior que los blancos por el SARS-CoV-2.
Pero, los datos de la miseria en Estados Unidos no son consecuencia directa de la pandemia. Ésta sólo los puso sobre el tapete.
Antes de la crisis sanitaria había 43 millones de personas por debajo del nivel de la pobreza. Cada día se ejecutan como promedio 300 desalojos de familias por retrasarse unas semanas en el pago del alquiler, que cada vez es más caro mientras los sueldos siguen iguales.
Un documental de la agencia alemana Deustche Welle revela que 1,5 millones de niños viven en la calle y 28 millones de estadounidenses carecen de seguro médico, por lo que tienen que acudir a sitios de caridad para recibir ayuda.
Me imagino que buena parte de esta enorme masa de seres humanos se preguntarán cada noche, antes de dormir, a dónde fueron a parar sus oportunidades en ese país de los espejismos.
