El solitario Trump

Editado por Maite González Martínez
2021-01-15 07:58:16

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(Evan Vucci / Associated Press)

Por: Guillermo Alvarado

Recordarán algunos, quizás, cuando el aún presidente de Estados Unidos, Donald Trump, aceptó a regañadientes ponerse una mascarilla para protegerse de la covid-19 y dijo después que se había sentido como el “llanero solitario”, un personaje de ficción del antiguo oeste norteamericano.

La salida poco humorística del jefe de la casa blanca fue objeto de ácidos comentarios y me vino a la memoria porque, si bien el excéntrico magnate no es un incógnito vaquero justiciero, muy solitario sí debe sentirse por ahora.

Para empezar se convirtió en el único presidente en la historia de ese país que es sometido dos veces a un juicio político durante un mandato de cuatro años, una marca que posiblemente permanecerá mucho tiempo sin ser batida.

No se sabe cuál será el destino de ese proceso, que tiene lugar cuando el partido Republicano está al borde de la fractura y sus representantes en el Congreso tienen que elegir entre respetar la Constitución, o mantener una dudosa lealtad, si no al gobernante, al menos a los formalismos políticos.

El impeachment no ocurrirá antes del 20 de enero, así que no tendrá como efecto expulsar a Trump del puesto, pero de ser condenado quedaría imposibilitado de presentar su candidatura en 2024, que es en esencia la jugada de los demócratas.

Del jefe de Estado también se han separado numerosos miembros de su gabinete y otros altos funcionarios, que de manera profiláctica decidieron desmarcarse del brutal asalto al Capitolio el pasado 6 de enero.

Incluso el Estado Mayor conjunto de las fuerzas armadas estadounidenses, se desligó de su Comandante Supremo y envió una carta a más de 1,3 millones de efectivos condenando el violento motín en la ciudad de Washington.

Antes de eso, los diez antiguos secretarios de Defensa aún vivos emitieron una declaración donde rechazan que el ejército pudiese ser utilizado para cambiar los resultados de las elecciones del 3 de noviembre.

En la Cámara de Representantes la legisladora republicana Liz Cheney, nieta del ex jefe del Pentágono, Dick Cheney, un halcón de extrema derecha, dijo respecto al ataque al Congreso que “Nunca ha habido una traición más grande por parte de un presidente de su juramento de cargo y de la Constitución”.

Numerosas empresas informáticas, que durante años toleraron las insolencias de Trump y fueron su caja de resonancia a nivel mundial, de pronto “descubrieron” sus desmanes y cerraron sus cuentas en las redes sociales.

El Deutsche Bank, habitual financista de los negocios del mandatario, dijo que cerraba sus negocios con él, ejemplo que siguieron otras firmas.

Solitaria despedida para un hombre que se dedicó a dividir, discriminar, insultar, sancionar y despreciar a los demás, pero cuyo legado, como un tumor maligno, seguirá corroyendo las entrañas de esa potencia mundial.



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