Por: Guillermo Alvarado
Los resultados de las recientes elecciones legislativas en Argentina, así como las tendencias en la intención de voto para los comicios presidenciales de Chile, muestran cómo en algunos puntos de la región crecen los grupos de extrema derecha xenófobos y reaccionarios.
Cuando la atención estaba enfocada en la pelea entre Juntos por el Cambio, del expresidente Mauricio Macri, y el Frente de Todos, de la dupla gubernamental formada por Alberto Fernández y Cristina Kirchner, se coló al Congreso de Argentina el partido La Libertad Avanza.
Por primera vez en la historia del país, una organización ultra conservadora contará con cinco diputados, gracias a una fuerte votación en la capital y la provincia de Buenos Aires, donde se alzó con el 17 por ciento de los sufragios.
Si bien el grupo fundado por Javier Milei, uno de los rostros de la derecha extrema en Latinoamérica y El Caribe, todavía no tiene presencia a nivel nacional, ya su cabecilla anunció que irá como candidato a las presidenciales de 2023, advertencia que no debe ser tomada a la ligera.
Para ello realizará giras por todo el país, con mensajes dirigidos en particular a los menores de 30 años, que forman la base de sus votantes, otro factor inquietante.
Tampoco andan mejor las cosas en Chile, donde el extremista José Antonio Kast, un nostálgico de la dictadura de Augusto Pinochet, aprovechó la debacle del candidato oficial, Sebastián Sichel, y se colocó a la cabeza de los sondeos donde alterna con Gabriel Boric, de la coalición Apruebo Dignidad.
Kast, hijo de alemanes emigrados tras la II Guerra Mundial, comenzó su militancia en la conservadora Unión Democrática Independiente, pero al constatar que sus aspiraciones presidenciales no tenían futuro allí se separó y formó el Partido Republicano.
Su programa incluye retornar al neoliberalismo extremo, minimizar el papel del Estado en la conducción de la economía, eliminar ministerios y organismos de atención a la mujer y las minorías y cavar zanjas en la frontera norte para impedir el paso de migrantes sin documentos.
Junto con el argentino Milei, son firmantes de la Carta de Madrid, un libelo creado por el extremista partido español VOX que aspira a formar una pretendida Iberoesfera, donde sean excluidos el comunismo, el socialismo y cualquier otra expresión de izquierda que pueda existir.
Se trata de tendencias peligrosas que avanzan en nuestra región, de la mano del fracaso de los políticos tradicionales para resolver las desigualdades y el creciente desencanto de los excluidos, que podrían aferrarse al clavo ardiente del extremismo. Ojo, mucho ojo.
