Cinco ojos y más

Editado por Maite González
2022-07-20 06:41:01

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Por: Guillermo Alvarado

El grupo de inteligencia occidental conocido como Cinco Ojos es una agrupación tan vieja como truculenta, que pareciera salida de una novela de espías como las que escribía John Le Carré, donde los buenos eran los británicos y sus amigos de la CIA y los malos todos los demás.

 Aunque se las arreglaron para mantenerse en secreto durante casi seis décadas, y ya una vez estando a la luz siguieron funcionando casi como siempre, en realidad no tienen nada que ver con la ficción, sino con el ominoso propósito de mantener un estricto control del mundo.

La red nació durante la II Guerra Mundial, cuando Estados Unidos y el Reino Unido firmaron un acuerdo en 1943 para compartir de manera automática toda la información de inteligencia sobre el que en ese momento era el enemigo principal, el régimen nazi alemán y sus aliados de Italia y Japón.

El pacto se oficializó en 1946, ya en los albores de la guerra fría, y también conectaba los sistemas de intercepción de señales de la Agencia de Seguridad Nacional norteamericana con su homóloga en Londres.

Canadá se incorporó en 1948 y Nueva Zelanda y Australia lo hicieron en 1956, cuando ya el objetivo era claramente espiar a la entonces Unión Soviética y a todos los movimientos antiimperialistas en el mundo entero.

Llama poderosamente la atención que “Cinco ojos” estaba tan compartimentado que incluso algunos gobiernos ignoraban su funcionamiento, hasta que en 1973 el primer ministro australiano, el laborista Gough Whitlam, descubrió asombrado que su país estaba conectado a esta red.

De acuerdo con un trabajo publicado por Philippe Leymarie en el diario británico The Guardian, Whitlam también se enteró que la base de escuchas australiana de Pine Gap había pasado a estar prácticamente bajo el control de la estadounidense Agencia Central de Inteligencia, CIA.

A pesar de las denuncias del gobierno de Australia, la red siguió trabajando en secreto y fue 2010 que se reveló el contenido completo del acuerdo, pero no hubo conciencia clara de su magnitud sino hasta cuando Edward Snowden filtró en 2013 decenas de miles de datos recolectados por ese sistema.

El pacto de espionaje nació durante un conflicto bien caliente, creció y se fortaleció en la guerra fría, pero cuando terminó este período en lugar de desaparecer se diversifica por medio del programa Échelon, que vigiló por igual objetivos civiles amigos y enemigos.

Ahora, en estos tiempos confusos y difíciles se estudia ampliar la red, no sólo en cuanto a miembros sino en sus actividades, que estarán dirigidas contra China, el nuevo enemigo que Washington está fabricando, pero eso, amigos, será tema de otros trabajos.  



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