Imagen ilustrativa

Por Roberto Morejón

En un ambiente crispado por la crisis económica, los argentinos acuden este domingo a las elecciones Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias, llamadas PASO, para definir a los candidatos de cada partido político para los comicios de octubre venidero.
 
Los argentinos precisan las listas de cada agrupación y filtran las que podrán presentarse a las urnas semanas después.
 
Esta próxima cita dominical reviste carácter primario, donde los ciudadanos pueden votar a los candidatos de cualquier agrupación, tiene lugar en todo el país y es obligatoria.
 
Con 26 precandidatos a presidente de 15 escuadras políticas, alianzas y partidos, los argentinos tienen varias alternativas, aunque Unión por la Patria y Juntos por el Cambio figuran como las más seguidas.
 
Unión por la Patria, peronista y de izquierda, apuesta por Sergio Massa, ministro de Economía, y Agustín Rossi, jefe de gabinete del gobierno, en rivalidad con Juan Grabois, líder social, y la socióloga Paula Abal.
 
En el bando opuesto despunta la coalición derechista Juntos por el Cambio, con Patricia Bullrich, ex ministra de Seguridad, y Luis Petri, diputado, en emulación con Horacio Rodríguez Larreta, alcalde de Buenos Aires, acompañado del gobernador de Jujuy, el polémico Gerardo Morales.
 
Para tener una idea de las ínfulas de los conservadores baste decir que su campaña se basa en ataques personales y manipulación de los índices de la economía.
 
No puede pasarse por alto la opción de la extrema derecha, Javier Milei, quien no tiene contrincante interno con su entidad La Libertad Avanza, llamativamente muy seguida por el ultraderechista expresidente brasileño, Jair Bolsonaro.
 
Los candidatos de Unión por la Patria enfrentan un alto grado de polémica por la inseguridad ciudadana, la elevada inflación y el aumento de la pobreza hasta 40 por ciento.
 
Los enrolados en las filas del oficialismo insisten en tener propuestas para enfrentar las dificultades, acentuadas por el imperativo de Argentina de pagar el préstamo recibido del Fondo Monetario Internacional cuando era presidente Mauricio Macri.
 
Tras múltiples reuniones, el gobierno renegoció el pacto y el organismo desembolsará 7 mil 500 millones de dólares a cambio de duras metas fiscales que exigirán menos gastos públicos.
 
El arreglo con el FMI ocupa tanto espacio en el escenario político que incide en las perspectivas de los precandidatos, pues Macri dejó atada a Argentina al organismo crediticio.