¿Adios a las armas?

Editado por Maria Calvo
2025-05-16 09:47:46

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Papa Leon XIV

por Guillermo Alvarado

Es muy difícil imaginar un período más o menos prolongado, o incluso corto, en la historia reciente de la humanidad que no haya estado afectado por las guerras, ese recurso inventado por nuestra especie ya sea para resolver las diferencias o conquistar territorios y riquezas.

Somos, como he dicho en otras ocasiones, los únicos en toda la naturaleza que hemos puesto la inteligencia al servicio de producir armas para eliminarse entre sí y, de hecho, tenemos ahora la capacidad de destruir, no solo la nuestra, sino toda la vida en el planeta, incluso de borrar el planeta mismo.

Por eso resulta reconfortante escuchar al nuevo máximo dirigente de la iglesia católica, el papa León XIV, poner la paz como una prioridad para todos, independientemente de credos religiosos o ideologías.

Lo dijo así este miércoles cuando recibió a representantes de las iglesias orientales al afirmar que desde el oriente medio hasta el este de Europa, desde Líbano hasta Siria o el Tigray y el Cáucaso, prima la violencia.
Debería provocar indignación, agregó el prelado, porque en nombre de la conquista militar muere gente y sobre todo, diría yo, gente que no tiene nada que ver con las razones de los contendientes directos.

León XIII, de quien Robert Prevost tomó su nombre y el número sucesivo correspondiente, pasó a la historia por su encíclica Rerun Novarum, o “de las cosas nuevas”, en español, donde levantó las banderas por la defensa de los trabajadores durante la revolución industrial.

En pleno desarrollo del capitalismo moderno, el Vaticano se puso del lado de los pobres, de los marginados y explotados en las fábricas y los campos y ese papa sentó las bases de la llamada doctrina social de la iglesia, que con intermitencias se viene practicando desde entonces.

De hecho, el recién fallecido Francisco reverdeció esta tarea y se pronunció por los derechos de los oprimidos en el mundo, así como por aquellos que sufren exclusión por razones de género u orientación sexual, lo que estremeció las columnas de la Basílica de San Pedro.

Todo parece indicar por el momento que León XIV sentará las bases de su pontificado en la lucha contra las guerras, una tarea titánica en un mundo donde los países más desarrollados gastan mucho dinero en la industria de la muerte y muy poco en la defensa de la vida.

Quien siembra la paz pasará a la historia, dijo esta semana, y no quien cosecha víctimas y agregó que los demás no son enemigos, sino seres humanos, no son personas malas a las que se debe odiar, sino con quienes se debe dialogar. Palabras que necesitan oídos, y cerebros, receptivos.



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