Manifestaciones en los Ángeles, Trump calificó los hechos como una insurrección y mandó 2 mil efectivos de la Guardia Nacional al lugar. Collage MC

por Guillermo Alvarado

La cacería implacable que el gobierno de Donald Trump está llevando a cabo contra la población migrante, donde el uso excesivo de la fuerza es una constante y lo mismo caen personas sin documentos que quienes tienen un estatuto legal en ese país, llenó el cuenco de la paciencia entre la gente.

El desmedido accionar de las fuerzas policiales se puede ver en casi cualquier punto cardinal de Estados Unidos, si bien en algunos lugares es particularmente excesivo, como ocurrió la semana anterior en la ciudad californiana de Los Ángeles.

En esa urbe, de casi 4 millones de habitantes y de los cuales el 48% son de origen latino la exasperación llegó a tal grado que grupos de personas comenzaron a protestar por las redadas y se pronunciaron a favor de los capturados.

Fueron cientos de personas los que participaron en las protestas y los enfrentamientos no tuvieron mayor gravedad, pero la respuesta desmesurada del gobierno federal podría encender un fuego muy grande y difícil de apagar.

Fiel a su estilo grandilocuente, Trump calificó los hechos como una insurrección y mandó 2 mil efectivos de la Guardia Nacional al lugar.

Pero hizo más que eso, pues entre los miembros de la guardia, que como se sabe está formada por civiles con un entrenamiento antimotines, puso también a elementos del 79 Equipo de Combate de la Brigada de Infantería, preparados no para disolver disturbios sino para el combate armado.

Peor aún, el secretario de Defensa estadounidense, Pete Hegshet, aseguró que los marines están en alerta máxima, y listos para desplegarse en Los Ángeles en caso de que la Guardia Nacional sea incapaz de mantener el control.

Trump publicó en su red Truth Social un mensaje desmesurado y preocupante que dice: “Aplastaremos a los ALBOROTADORES Y SAQUEADORES ¡¡¡de la manera en que se debe resolver!!!”  Las mayúsculas y los signos de admiración son de él.

Y aquí llamo la atención sobre un punto en particular, que va mucho más allá que un simple detalle: el presidente no está hablando de mandar y usar la fuerza contra otro país, en algún lugar remoto.

No, está hablando de hacerlo contra ciudadanos de Estados Unidos, que son compatriotas suyos y habitan su mismo territorio.

Como dijo el gobernador de California, Gavin Newsom, llamar a la Guardia Nacional fue deliberadamente incendiario y amenazar con desplegar marines en suelo estadounidense es un comportamiento desquiciado, pero ¿qué otra cosa, amigos, se puede esperar?