
Foto: Miled México
Por: Alfredo García Almeida*
El 23 de marzo de 1983, en el momento más tenso de la “guerra fría” entre EEUU y la URSS, el presidente, Ronald Reagan, anunció la Iniciativa de Defensa Estratégica (IDE), conocida popularmente como la “Guerra de las Galaxias”. Este multimillonario programa proponía un sistema de defensa antimisiles, que pretendía proteger a Estados Unidos de ataques nucleares balísticos. El anuncio sorprendió a una URSS desmoralizada por reformas económicas tardías y fue factor decisivo en el desenlace de la “guerra fría” a favor de EEUU. Nunca se supo si fue un blof de Reagan o un proyecto real.
La IDE contemplaba la construcción de un escudo espacial compuesto por estaciones de combate en el espacio, capaces de detectar y destruir misiles enemigos. Se planeó utilizar láseres y otros sistemas de energía dirigida, para interceptar los misiles en su trayectoria.
Fue un programa militar ambicioso pero finalmente no viable, que tuvo un impacto importante en la política internacional en la forma en que se veía la amenaza nuclear durante la “guerra fría” y tuvo un impacto significativo en las negociaciones de desarme entre Estados Unidos y la Unión Soviética.
Casi medio siglo después, el presidente, Donald Trump, resucita la IDE. “Durante la campaña electoral, prometí al pueblo estadounidense que construiría un escudo antimisiles de vanguardia”, dijo Trump el pasado martes en la Casa Blanca. “Hoy me complace anunciar que hemos seleccionado oficialmente la arquitectura para este sistema de vanguardia”, agregó, después de que a finales de enero firmara un decreto para desarrollar una “Cúpula de Hierro estadounidense”. Trump dijo que el escudo de defensa, costaría unos 175.000 millones de dólares y debería estar operativo al final de su mandato. Confirmó que el general de la Fuerza Espacial de EEUU, Michael Guetlein, liderará el proyecto.
El escudo, Cúpula Dorada, busca crear una red de satélites para detectar, rastrear y, potencialmente, interceptar misiles entrantes. El escudo podría desplegar cientos de satélites para la detección y el rastreo de misiles. El proceso de adquisición y la participación de SpaceX, del sudafricano multimillonario, Elon Musk, aliado de Trump, ha emergido como favorito para construir componentes claves del sistema. Trump, añadió, que Canadá expresó interés en unirse a su sistema de defensa de misiles, Golden Dome y que Estados Unidos ayudaría a Canadá.
La Cúpula Dorada tiene objetivos ambiciosos, según Trump, quien afirmó que “desplegará tecnologías de última generación en tierra, mar y espacio, incluyendo sensores e interceptores espaciales”. “Una vez construida, la Cúpula Dorada será capaz de interceptar misiles incluso si se lanzan desde cualquier punto del mundo, e incluso desde el espacio”, declaró, el magnate presidente. “Esto es muy importante para el éxito y hasta la supervivencia de nuestro país”, afirmó. El jefe del Pentágono, Pete Hegseth, dijo por su parte, que el sistema tiene como finalidad proteger al país de “misiles de crucero, misiles balísticos, misiles hipersónicos y drones, ya sean convencionales o nucleares”.
*periodista, analista internacional colaborador desde Mérida, Yucatán.