Regla, poblado cubano de fuerte raíz política y revolucionaria

Editado por Maria Calvo
2017-03-07 14:12:51

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foto: PL

por Reinaldo Wossaert Silva

Conocida por su profundo sentido de pertenencia, idiosincrasia religiosa y sus valiosos aportes a la cultura y al deporte cubanos, la población del capitalino municipio de Regla sobresale también por su carácter rebelde y patriótico.

El territorio, fundado el 3 de marzo de 1687, es de los más emblemáticos de La Habana por tener entre su patrimonio al Santuario Nacional de la Virgen de Regla, por su tradición beisbolera y por el Liceo Artístico y Literario, local de reunión de revolucionarios.

Allí, el 8 de febrero de 1879, el Apóstol José Martí pronunció el que constituye para muchos su primer discurso político en Cuba.

Quizás la oratoria del Héroe Nacional y la presencia de la poetisa Luisa Pérez de Zambrana y el escritor y pedagogo Enrique José Varona, consolidó los sentimientos revolucionarios y de lucha de los reglanos.

De acuerdo con historiadores como Isidro Diez, Pedro Hernández, Eduardo Gómez o Blanca González, del ultramarino pueblo participaron en la primera guerra contra España Agustín Pío La Piedra y Anselmo Aragón, quienes grados de comandantes del Ejército Libertador.

Igualmente, señalan a Eduardo Facciolo como el primer mártir de la prensa cubana, luego de ser sentenciado a muerte por conspirar contra la metrópoli española.

Luego de la intromisión de Estados Unidos en la confrontación bélica Cuba-España, que acabó con las aspiraciones de libertad de los cubanos y dio paso a gobiernos títeres manipulados desde el Norte, el pueblo de esa urbe capitalina mantuvo su postura rebelde.

Entre las acciones se hallan la inauguración de un monumento a los mártires del trabajo el 1 de mayo de 1913; así como el que rinde homenaje al líder de la Gran Revolución de Octubre, Vladimir Ilich Lenin, el 24 de enero de 1924.

El gesto se reeditó años después, al fragor de la II Guerra Mundial, cuando el proletariado reglano mandó desde su puerto barcos repletos de avituallamiento para la Unión Soviética, entre ellos alimentos, tabacos y medicinas, como donación.

Sin embargo, el capítulo de rebeldía más reconocido se libró en el período 1952-1958, cuando se desarrolló el Movimiento 26 de julio (M-26-7) de Regla, asesorado por héroes como Ciro Redondo, Antonio 'Ñico' López, Juan Manuel Márquez, Pedro Miret y Faustino Pérez.

La actividad clandestina contra los gobiernos de turno estuvo dirigida desde lo político a través de la distribución de propaganda revolucionaria, así como del periódico La Calle, para recaudar fondos y solventar las necesidades del M-26-7.

La agrupación clandestina en Regla estaba formada mayormente por jóvenes osados, valientes como Alberto Álvarez, Reynaldo Cruz y Onelio Dampiel, quienes el 5 de septiembre de 1958, con el permiso del párroco Ángel Pérez, sustrajeron de su altar a la mítica Virgen.

El objetivo era impedir la tradicional exhibición de esta en el habitual paseo durante las fiestas del municipio y rendir tributo a los mártires caídos justo un año antes en la central ciudad de Cienfuegos, donde protagonizaron un levantamiento popular contra el gobierno del tirano Fulgencio Batista.

Como parte de las acciones, Álvarez y Cruz ajusticiaron a un conocido colaborador de la guardia batistiana en la localidad, hecho que provocó la movilización incluso de la Guardia Nacional.

Tras la acción ambos se ocultaron en una casa del reparto Juanelo, en el municipio de San Miguel del Padrón, donde se reunieron con Onelio Dampiel y Leonardo Valdés, así como con las jóvenes Lidia Doce y Clodomira Acosta, mensajeras del líder del Ejército Rebelde, Fidel Castro.

Horas después y producto de una delación, los cuatro reglanos fueron asesinados por militares que, bajo las órdenes del connotado asesino Esteban Ventura, también sacaron a golpes y empujones a las muchachas de la habitación.

Posteriormente se conoció que ambas fueron salvajemente torturadas y, tras no claudicar, casi moribundas, echadas al mar en sacos llenos de piedras.

Tales asesinatos no pudieron rendir al pueblo de Regla y, al contrario, lo motivó a continuar la lucha hasta la victoria el 1 de enero de 1959.

Años después, en reconocimiento al espíritu patriótico y rebelde del pueblo, el líder de la Revolución, Fidel Castro, calificó al municipio Regla como 'La Sierra chiquita'.

Mientras que el reconocido periodista argentino y fundador de la Agencia Prensa Latina, Jorge Ricardo Masetti, dejó testimonio sobre su visita al territorio en el libro Los que luchan y los que lloran: '...La Habana Vieja con sus calles de nombres españoles y las patrullas de hombre vestidos de azul, el Vedado brillante con las avenidas numeradas, Marianao con sus casas con jardines y sus aviadores gringos que mascan chiclets, Regla con sus barcas viejas y las paredes que gritan Fidel.'


(PL)



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