REMEMBRANZAS. Enrico Caruso debuta en Cuba (+Fotos y Video)

Editado por Martha Ríos
2019-05-12 18:04:09

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Caruso murió a los 48 años de edad, en su Italia natal. Foto tomada de Internet

Por Martha Ríos

El tenor italiano Enrico Caruso (1873-1921) uno de los más famosos del mundo en la historia de la ópera, visitó Cuba por primera y única vez, en mayo de 1920. Tenía 47 años.

Llegó procedente de Nueva York, EE.UU., contratado por el empresario teatral Adolfo Bracale por 10 000 dólares cada función, y haría 10.

El renombrado cantante se alojó en el hotel Sevilla, en la calle Trocadero, a pocos metros del Paseo del Prado, en La Habana Vieja.

Su debut fue todo un acontecimiento. Ocurrió el día 12 en el Teatro Nacional, hoy Gran Teatro de La Habana ‘Alicia Alonso’, con ‘Marta’, de Friedrich von Flotow. El elenco estaba a la altura de tamaña personalidad.

Luego se presentó en otros dos coliseos de la isla: el Terry, de Cienfuegos, y La Caridad, de Santa Clara, ambos en el centro del país.

También resultó una apoteosis para los amantes del bel canto que no eran pocos en gran parte de la geografía nacional.

De regreso a la capital, volvió a cantar para el público habanero a quien deleitó con ‘Elixir de amor’, de Gaetano Donizzeti; ‘Un baile de máscaras’, de Giuseppe Verdi; ‘Tosca’, de Giaccomo Puccini; y ‘Payasos’, de Ruggero Leoncavallo, entre otras.

Pero ‘Aida’, de Verdi, era una de sus preferidas. Estaba entre las 60 piezas que engrosaban su repertorio de óperas. Entonces, ¿cómo no mostrarla en su gira cubana?

Mientras la interpretaba el 13 de junio en una matiné en el Teatro Nacional, estalló un petardo que dejó a todos fuera de control en el recinto.

Al siguiente día, el hecho lo narraba así en carta a su esposa:

         “Aída comenzó con un atraso de tres cuartos de hora. Salí a cantar mi romanza Celeste Aída, y todo se desarrolló normalmente hasta el final del primer acto (escena del templo). La segunda principia con el diálogo entre Amneris y Aída, seguida de la escena triunfal de Radamés.

         “En el instante de comenzar ésta se produjo una terrible explosión. Me hallaba en el camerín colocándome el manto cuando me sentí arrojado al suelo. Vi luego a la gente correr por el corredor de los camerines, con una expresión de terror en los rostros.

         “Alguien me dijo: -Váyase cuanto antes, porque habrá más explosiones-. Pero yo me mantuve calmoso y corrí en dirección del escenario, lleno de escombros provenientes de los decorados”.

El prestigioso intelectual cubano Alejo Carpentier (1904-1980) describe los minutos siguientes de esta manera:

            “Caruso agarró un susto terrible, salió por la puerta del fondo del Nacional y empezó a correr a las tres de la tarde por la calle San Rafael.

            “Cuando llega dos cuadras más arriba, un policía […] lo agarra violentamente por la mano, y dice:

            “-Qué es esto. Aquí no estamos en carnavales para andar disfrazados por las calles.

            “Entonces Caruso, que no hablaba español, empieza a decir:

            -Io non sono in carnavalle, io sono un grande tenore… vestido de Radamés, io sono il tenore Caruso.

            “Pero el policía  no entendía. Se quedó mirando fijo a Caruso y le espetó:

            “¡Eh! ¿Y además de eso disfrazado de mujer? ¡Para la estación de policía!”.

            “Y el pobre Caruso tuvo que ser sacado de la estación de policía por el embajador de su país”.

Se cuenta que la detonación, ocurrida en uno de los baños del teatro, se debió a reclamos económicos de los sindicatos anarquistas para los empleados de la institución.

El gran Caruso jamás volvió a Cuba. Murió al año siguiente, el 2 de agosto de 1921, en Nápoles, Italia.

Video tomado de Youtube



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