por Roberto Morejón
Si bien los daños fueron menores, el huracán Matthew también incidió en parte de la oriental provincia cubana de Holguín, como lo evidenció el municipio de Moa, territorio niquelífero por excelencia, rubro económico clave.
Dada la relevancia de esa industria para el país los aseguramientos en Moa fueron intensos y abarcadores.
Por fortuna, los perjuicios no fueron allí tan significativos como se presagiaba, sobre todo si se comparan con los causados por los fuertes vientos, lluvias e inundaciones costeras en el este de la vecina provincia de Guantánamo.
En Moa recibieron el impacto de los vientos cerca de 500 viviendas, tendidos eléctricos y telefónicos y algunos centros educacionales, de salud pública y el comercio.
Los habitantes del municipio se sumaron con rapidez a las faenas de recuperación después del cruce del fenómeno meteorológico, ensañado con la cercana Baracoa, ciudad primada de Cuba.
Precisamente, el tramo de vías más perjudicado de Moa se ubica a la altura de la comunidad rural de Yamanigüey, en la carretera de 67 kilómetros hacia Baracoa.
El potente huracán sorprendió al vial Moa- Baracoa todavía en construcción, pues debe finalizar en 2017 para beneficiar a unos 26 asentamientos poblacionales.
Ante la proximidad del meteoro, la ocupación económica fundamental de Moa, el níquel, quedó paralizada por precaución.
Entre las operaciones canceladas figuraron las de las plantas productoras de níquel Ernesto Che Guevara y Pedro Sotto Alba, dos gigantes a los que debía protegerse estrictamente.
Igualmente se adoptaron normas de cautela para garantizar la marcha de una moderna planta diésel de generación de electricidad, dedicada al soporte energético de la industria niquelífera.
La termoeléctrica fue valorada en más de 300 millones de pesos, se sitúa entre las más eficientes de su tipo en Cuba y fue inaugurada en 2015.
En Moa, donde se evacuaron unas 10 mil personas, se alistan ahora para imprimirle nuevos bríos a la estrategia de avance integral.
Además de los planes de producción de níquel, el territorio tiene un cronograma de desarrollo cuya ejecución está prevista hasta 2020, y con el cual se prevé obtener más alimentos, madera, carbón, resina de pino y miel de abejas.
El Plan de Desarrollo Local de Moa incluye asimismo la reparación de carreteras así como la construcción de la red ferroviaria.
El progreso integral es una meta de Moa porque el avance local no puede asociarse a muy largo plazo con la industria del níquel, dado que el mineral es finito.
Sin restar esfuerzos y recursos a resarcir los daños causados por el huracán Matthew, los residentes en Moa se disponen a explotar aún más sus potencialidades.