Por: Roberto Morejón

Ni en circunstancias apremiantes como en una etapa aguda del funcionamiento del sistema electroenergético nacional, los cubanos abandonan sus precauciones con vistas al advenimiento de la siempre peligrosa temporada ciclónica en el Atlántico.

La mayor de las Antillas afronta prolongados cortes de electricidad, ante averías del envejecido parque de termoeléctricas, períodos de mantenimiento y dificultades con el aprovisionamiento de combustible para la generación de grupos autónomos.

El bloqueo estadounidense atenta contra las posibilidades de atender el problema, aunque se mantienen reparaciones parciales en las termoeléctricas, con vista a sufrir menos apagones durante el sofocante calor veraniego.

Ni aun así, los cubanos dejaron de convocar a otro ejercicio de la Defensa Civil, los llamados aquí Meteoro, porque nunca serán suficientes todos los aseguramientos y previsiones ante fases ciclónicas cada vez más cruentas.

No se trata solo de prepararse ante el peligro de los ciclones tropicales y por esa razón los ensayos Meteoro ampliaron en Cuba sus objetivos.

Además de buscar la eliminación de vulnerabilidades, también este país se adiestra para reducir impactos de cataclismos sanitarios, industriales y de otro origen.

En este año, muchos pobladores participaron en el apoyo a la recogida de desechos, acumulados en puntos de ciudades y poblados, a causa de deficiencias técnicas de los vehículos especializados.

No pocos residentes acudieron a apartar escombros y desperdicios acumulados próximos a ríos.

No por gusto los ejercicios Meteoro, como el ejecutado el fin de semana último, llevan el nombre de popular, dado que intervienen fuerzas y estructuras gubernamentales, del Partido Comunista, las instituciones armadas y la población.

Es cierto que las agudas carencias materiales, agravadas por el cerco de Washington y la inclusión del país en una lista de los que allí llaman patrocinadores del terrorismo, limitan el despliegue de más recursos en los simulacros Meteoro.

Pero lo anterior no merma la relevancia del empeño, pues cada año se encuentran nuevas potencialidades a explotar y más puntos hacia donde se debe trabajar para que una catástrofe natural, industrial o de otra índole no origine consecuencias devastadoras.  

En Meteoro 2025, las autoridades de la Defensa Civil determinaron aspectos urgentes e inevitables para proteger vidas y recursos materiales.

De ahí que expertos hicieran hincapié en ensayos demostrativos de extinción de incendios, cuando
los cuerpos de bomberos tratan de acceder a nuevas tecnologías y medios de labor.

Como ocurre en cada ejercicio popular Meteoro, el sello de su convocatoria reside en crear las condiciones para la máxima protección de vidas humanas en casos de emergencias.