Haití, 20 ene (RHC) La AEC, Asociación de Estados del Caribe, concluyó su veintiuna reunión ministerial en Haití con la prioridad de buscar mecanismos para proteger y preservar el mar de la zona, en peligro por el incremento de fenómenos naturales adversos.
En la ciudad de Pétion-Ville acordaron los cancilleres de los países caribeños fortalecer el cuidado del mar, con el fin de garantizar el manejo y aprovechamiento racional de sus recursos, y Cuba asumió la presidencia rotativa del grupo con el compromiso de ofrecer su experiencia científica en el enfrentamiento a los efectos del cambio climático.
Además, el ministro cubano de Relaciones Exteriores, Bruno Rodríguez, convocó para junio venidero la séptima cumbre presidencial del bloque regional en La Habana.
Aparte de la cuestión medioambiental, los asistentes a la reunión aprobaron 12 acuerdos, entre ellos el presupuesto de la organización para el presente año, el ingreso de Belarús como país observador, así como el de la Organización Internacional de las Migraciones.
Delegaciones de alto nivel debatieron el tema el 18 y 19 de este enero con la mira puesta en las recomendaciones que emanaron del primer Simposio sobre la sostenibilidad del mar Caribe, celebrado en noviembre pasado en Trinidad y Tobago.
En dicha oportunidad, los integrantes del grupo plantearon inquietud ante elementos amenazantes como la proliferación desproporcionada de las algas marinas tipo sargazo, la erosión de las zonas costeras y la expansión de las especies invasoras, en particular el pez león.
Todos esos eventos afectan los planes nacionales de desarrollo, la población y las economías de la zona, mayormente dependientes de la agroindustria, la pesca y el turismo.
Por lo tanto sugirieron, entre otras cosas, coordinar con más rigor acciones encaminadas a enfrentar esos problemas, buscar financiamiento internacional para aumentar las investigaciones científicas, crear una base con los nuevos datos y realizar una conferencia este año en Guadalupe sobre el tópico.
En la cita haitiana, los cancilleres de la AEC decidieron proseguir y fortalecer el cuidado de mar en común e implementar las recomendaciones del Simposio, con el fin de garantizar el manejo y aprovechamiento racional de sus recursos naturales.
Cuba -que asumió la presidencia rotativa del grupo- se comprometió a ofrecer su experiencia científica en el enfrentamiento a las consecuencias del cambio climático y a trabajar en la concreción de proyectos que permitan paliar los daños derivados del fenómeno, el cual consideró una amenaza para la supervivencia a mediano plazo.
A su turno, el secretario general del bloque, Alfonso Monera, indicó que el objetivo común es convertirla en un gran mecanismo de cooperación y concertación de soluciones para conservar la diversidad biológica de la región.
Aparte de la cuestión medioambiental, la reunión también aprobó 12 acuerdos, entre ellos el presupuesto del AEC para el período 2016-2017, el ingreso de Belarús como país observador y de la Organización Internacional de las Migraciones.
También se tomó decisiones sobre las mesas directivas que actuarán en dicha etapa en la oficina ejecutiva del Consejo de Ministros y otras instancias de la AEC, y Cuba convocó para junio la VII cumbre presidencial en La Habana.
La Asociación nació el 24 de julio de 1994 en la ciudad colombiana de Cartagena de Indias y, a juicio de expertos, permitió que el término Gran Caribe deviniera en un símbolo de espíritu colectivo y respeto entre sus socios, pese a su diversidad de idiomas, cultura, política e identidad.
Radica en Trinidad y Tobago, la integran 25 miembros plenos, 11 asociados con derecho a intervenir en las discusiones y votar en las reuniones del Consejo de Ministros y de los comités creados para tratar problemas de su interés, más 21 estados observadores.
Tiene entre sus propósitos crear un espacio económico ampliado en la región, promover el desarrollo sostenible y preservar la integridad medioambiental del mar Caribe, pues es considerado el patrimonio común de sus miembros.
Muchos entendidos estiman que avanzó en esos aspectos, contribuyó a consolidar la zona en una potencia económica y geopolítica, y además a posicionarla como una alternativa en los programas mundiales sobre comercio, transporte, turismo y desastres naturales, sus principales áreas de trabajo.
Además, la citan entre los antecedentes de otras agrupaciones integradoras surgidas con posterioridad en el continente como la Unión de Naciones Suramericanas y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños.
Desde su surgimiento, la AEC realizó cumbres presidenciales en Trinidad y Tobago (1995), República Dominicana (1999), Venezuela (2001), Panamá (2005), Haití (2013) y México (2014), además de varios encuentros ministeriales.