La construcción de viviendas involucra en Cuba a un número creciente de ciudadanos

Editado por Maite González Martínez
2017-12-28 07:37:49

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Por: Roberto Morejón

Los cubanos se alistan para acelerar en 2018 la construcción de viviendas y aliviar el déficit acumulado por limitaciones internas, falta de capacidad industrial y de mantenimiento, envejecimiento de los inmuebles, el impacto de los huracanes y el bloqueo estadounidense.

El año en curso concluye con el trazado de diferentes programas de construcción de casas más resistentes en los asentamientos donde el paso del huracán Irma dejó más estragos.

Esa política continuará de forma priorizada en el plan económico de 2018 y en años siguientes.

Así lo requiere el país pues el fenómeno meteorológico que azotó a Cuba en septiembre último agravó el panorama habitacional.

Esa situación ya era compleja antes del cruce de Irma porque de un fondo de más de tres millones de viviendas, cerca de 149 mil presentan un estado de regular a mal.

Los fuertes vientos de Irma causaron daños a más de 158 mil moradas y fue imperativo aplicar soluciones de emergencia para NO dejar desamparados a los damnificados y ayudarlos, en lo posible, al rescate de sus alojamientos.

El Ministerio cubano de la Construcción tiene una participación decisiva al establecer un programa de recuperación desglosado por provincias, municipios y barrios, bajo la premisa de levantar inmuebles decorosos y resistentes.

Hasta la fecha fueron solucionadas más de 39 mil afectaciones ocasionadas por los embates del meteoro a las viviendas, o sea, 22 por ciento de las dañadas, y se trabaja para beneficiar a otros miles de familias.

Los técnicos insisten en la necesidad de cimentar en Cuba una diversidad de tipologías de viviendas para atender los requerimientos específicos de los territorios.

Igualmente las autoridades fomentan las industrias locales de materiales de construcción, cuyo número debe aumentar de las 23 actuales a 579, y de esa forma abaratar los costos por traslado de recursos.

A la par se insiste en organizar de forma más eficiente la venta de materiales de la construcción a los pobladores porque la oferta está por debajo de la demanda.

Al igual que se defiende la idea de impulsar la construcción de diversos modelos de inmuebles se preconiza ofrecerle a las familias necesitadas alternativas para sufragar las obras constructivas.

Los créditos bancarios y los subsidios a las personas con ingresos más bajos son las opciones más empleadas.

Desde 2012 fueron concedidas en Cuba más de 115 mil subvenciones que favorecieron a 345 mil personas para erigir recintos nuevos o costear labores de mantenimiento.

Urgidos por las necesidades y ante las nuevas fórmulas establecidas estatalmente, los cubanos se proponen la extensión de proyectos habitacionales de impacto popular cada vez mayor.



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