Intentan rescatar en EE.UU. política para afectar sistema cubano de salud

Editado por Lorena Viñas Rodríguez
2019-01-14 07:40:57

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Foto: Diario de Caracas.

Por: Roberto Morejón

Dos legisladores estadounidenses de oscura trayectoria tratan de reanimar abyectos métodos de robo de talentos cubanos, para continuar diluyendo el positivo efecto de los limitados acuerdos alcanzados entre la mayor isla de las Antillas y el ex presidente Barack Obama.

Los senadores Marco Rubio y Robert Menéndez de difuso origen cubano y divorciados de la realidad de la nación caribeña intentan rescatar el Programa de Parole para Médicos de esa procedencia, a fin de promover el abandono de sus misiones en terceros países.

Al derogarse por el ex presidente Obama junto a la llamada política de pies secos-pies mojados, ambos países con profundas diferencias dieron un importante paso en el avance de las relaciones bilaterales. Sin embargo, la administración del presidente Donald Trump revirtió
los progresos hacia una eventual normalización de los nexos entre La Habana y Washington.

En esa atmósfera enrarecida, el señor Rubio, quien persigue aniquilar a la Revolución Cubana, junto a Menéndez, no menos virulento, consideraron útiles los desvaríos del ultraderechista presidente brasileño Jair Bolsonaro en relación con los médicos antillanos.

Escudado en las difamaciones del ex capitán del ejército brasileño, Rubio y Menéndez quieren rescatar la maniobra para embaucar a
profesionales cubanos de la medicina y que estos renieguen de su tierra natal y misiones que llevan prosperidad a naciones del sur empobrecido.

No puede ser más mezquino el designio de los congresistas porque además pretenden llevar la tirantez agudizada por Trump a niveles insospechados. Esa conducta perjudica el fluido intercambio entre los cubanos residentes aquí y en la nación norteña.

Tratar de rescatar la sucia artimaña para atraer a médicos cubanos con falsas promesas choca con el propósito de garantizar una migración
regular, segura y ordenada.

Cuando Obama puso fin a tan denostada política en relación con esos especialistas se eliminó un importante problema que dañaba los
intereses nacionales de Cuba y Estados Unidos, así como la seguridad de esas personas.

Ahora los dos feroces legisladores anticubanos quieren echar por tierra lo logrado y borrar ejemplos como el generado cuando Cuba y
Estados Unidos colaboraron coordinadamente en África Occidental para combatir el ébola.

Hostilidad y robo de cerebros sí, cooperación en salud no, parecen destacar Rubio y Menéndez, estimulados por los aires huracanados
desatados por Trump en su relación con América Latina.

Las dos puntas de lanza del odio están decididas a tratar de restarle prestigio a la medicina cubana, pero fracasarán porque es sólida la huella dejada en 55 años de esfuerzos y resultados en 164 naciones.



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